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martes, 17 de enero de 2017

Año nuevo en Malmesbury

Después de pasar unas navidades espléndidas, rodeado de familiares y amigos, héteme aquí en el frío y húmedo condado de Wiltshire. La vuelta ha sido agradable y gradual, gracias a una gran sesión formativa el lunes nueve de enero, amén de haber pasado el día anterior entre escalada y cena en sociedad (malmsbrileña). Esta semana y media, en el trabajo, ha sido bastante intensa, pero satisfactoria. Estoy trabajando en dos proyectos y cada vez Stu (al que, por cierto, acaban de ascender a senior) me deja más autonomía y confía más en mi criterio. Ambos proyectos han alcanzado bastante inercia ya, y creo que están bastante bien encaminados.

Además, el pasado jueves por la noche nevó un poco, y por la mañana aún conservábamos un manto blanco frente a Seedwood Cottage:


el cementerio de camino al trabajo
Es una pena que a las doce ya no quedase nieve en ningún sitio. Pero por lo menos me ha dado para disfrutarla un poquito, y con algo de suerte ¡vuelve a nevar en febrero!

El fin de semana pasado fue muy entretenido. El sábado fui con la pandilla de españoles al lasertag (eso de dispararse con láser en un laberinto) de Swindon, por iniciativa de Fon, el primo de Iris. Jugamos tres partidas de quince minutos, con varios descansos entre medias, en las cuales combatimos entre nosotros, contra una pandilla de niños de diez años y contra otro grupo algo más heterogéneo. En este último había un tipo que debía ser ex militar o algo así: obtuvo el doble de puntos que el segundo mejor, y cada vez que te veía te eliminaba. A mí me "mató" 26 veces...

Esa noche, después de que Carlos (un chico muy majo de Madrid que trabaja en los cabezales) me dejara en Malmesbury de camino a Chippenham, pasé un rato en casa de Tom, que es otro tipo muy majo que sale con Juliet, que es una chica muy maja que vivió con Ben y Gareth hasta antes del verano. Tom y Juliet son más buenos que el pan, y a la sazón estaban con unos amigos, incluido Gareth, celebrando un poco el cumpleaños de Tom, que en realidad es el día 7, igual que Constanza. ¡Solo que Tom es un año menor que mi hermana pequeña! Me hago mayor.

En esa velada se gestó el plan del domingo, que incluía desayunar en un bistrot llamado Amanda's que hay en el centro de Malmesbury, y dar un paseo por los  alrededores del pueblo. Resulta que a Tom le encanta caminar, hasta un punto rayano en la adicción, y si puede tomar un camino más largo, probablemente lo haga. El caso es que dimos una buena vuelta por las verdes veredas que veréis a continuación, verdaderamente embarradas, menos mal que llevamos botas de monte.

Tom, Gareth de espaldas, Juliet, Dave de lado, Cecilia de espaldas
Total que estuvimos de promenade un par de horas y pico, nos pusimos bonitos de barro los bajos de los pantalones, y vivimos emocionantes aventuras bajo la espesura, buscando el mejor camino, o en su defecto el más largo. Y al retornar a Malmesbury, nos tomamos un smoothie en otro sitio del centro del pueblo, que como véis da mucho juego.

Tom insistía en usar todo árbol caído como puente
Y por último, planché una tonelada de ropa con mi plancha nueva.