Acabo de terminar
El Abuelo, drama en cinco actos de Benito Pérez Galdós, cuya adaptación al cine por parte de José Luis Garci es una de mis películas preferidas. Al margen de la impresionante actuación y el carisma de Fernando Fernán Gómez, que
se come la pantalla, el argumento de la obra siempre me encantó. Por ello, después de que mi amigo Fernando, en uno de nuestros paseos por Madrid, me comentase que acababa de adquirir una primera edición, me apeteció mucho leerlo. Me lo dejó hace algo más de un mes.
La edición es una reliquia de 1917 que encontró por cuatro duros; Fer es un coleccionista de libros. Las hojas son de color marrón por el paso de los años, pero en general se encuentra en muy buen estado. La contraportada sirve de soporte para numerosos anuncios de deliciosa antigüedad.
La obra se desarrolla en 52 páginas (así que si encontráis una edición moderna con ciento y pico será la mitad paja), y en ella se echa en falta numerosos diálogos o giros de la película (con el discurso de Albrit que enlacé antes como mejor ejemplo) que fueron los que más me gustaron en su momento. Sin embargo, como ya me había dicho mi amigo, me ha fascinado. Los diálogos, las exhortaciones del Conde, las caracterizaciones de los personajes con nada más que dos pinceladas y la evolución de los protagonistas son asombrosas para un drama de esta longitud. Si se puede decir algo en su perjuicio, es que sea algo ñoña, pero creo que hay que leerla con ganas de cautivarse con la triste historia de Albrit, la falda de la cuesta abajo que ha sido su vida.
Me ha parecido imprescindible, tanto si uno ha visto la película como si no.