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lunes, 25 de julio de 2016

"Me quiero ir", dice con un hilillo de voz temblorosa. "Me quiero ir, pero no sé cómo". Y baja la cabeza, alicaída. Ha perdido las ganas de luchar, cada vez hace más preguntas para saber si todos están bien, para saber si la familia está unida. Los esfuerzos para hablar de lo nuevo y de lo antiguo, de lo propio y de lo ajeno, de Gabriel García Márquez o de la situación en Inglaterra, caen en saco roto. "Yo me quiero ir", repite débilmente. No quiere ser una carga, y los despacha a todos, diciendo que no se queden, que han hecho bastante. Un acto de generosidad sin fuerzas cuando siente que ya no quiere sentir más, cuando se da por vencida. Le arrancas una promesa a regañadientes de que os veréis en poco tiempo, la siguiente vez que vengas, para el cumpleaños de mamá, hasta septiembre, ponte buena, un beso.

Al salir del hospital, tienes más interés que de costumbre en buscar el lado soleado de la calle, en demorarte unos instantes en el mirador desde el que se ve el mar de azul brillante, en caminar despacito saboreando el aire de un julio espléndido. A modiño, respirando hondo para quitarte el nudo del estómago.

No te vayas todavía.

lunes, 18 de julio de 2016

Brenzit

El 8 de agosto empiezo a trabajar para Dyson en Malmesbury, Wiltshire, Inglaterra. El puesto se llama "Ingeniero de Sistemas de Separación" y se encuadra en el departamento de Diseño. Voy a trabajar en desarrollo de productos como aspiradoras, secamanos, ventiladores y similares, diseñando las partes que separan el polvo del aire, al menos al principio. Malmesbury (se dice "Mamsbri") es un pueblín muy mono, con bastante patrimonio medieval, a unos 40 minutos de Bristol. En principio viviré allí hasta aclimatarme a la empresa, y luego me planteo mudarme a Bristol, que se conoce que tiene mucho que ofrecer a nivel cultural y eso.

Aspiradoras de ciencia ficción (imagen de Dyson)
Todo el mundo pregunta, con razón, qué será de Iris: si se viene conmigo, o qué. Por ahora, ya que está muy bien en su estudio, seguirá con ellos. Ya habrá tiempo en el futuro de pensar en cambios. Al final será parecido a estar de Erasmus, o parecido a cuando ella se fue a la India. Viajaremos a menudo, tanto el uno como el otro, y mantendremos nuestro pisito de Malasaña, en el que espero dormir uno o dos fines de semana al mes.

Muchos ya sabéis lo mucho que yo quería tener la experiencia de la vida en el extranjero; en la universidad intenté muchas veces conseguir una Erasmus, y al terminar busqué prácticas fuera... Ahora, por fin, lo he conseguido.

Por supuesto, el Brexit me ha fastidiado bastante, entre otras cosas porque ya no es tan halagüeña como antes la perspectiva de ganar un sueldo en libras, pero supongo que las cosas irán bien. No tengo miedo a los racistas, no creo que Dyson deje que sus numerosos ingenieros forasteros se queden sin visado y no creo que tenga problemas burocráticos al ocupar un puesto cualificado y pagar bastantes impuestos. This is fine.

Como supongo que pasaré muchas tardes en Malmesbury, creo que aprovecharé para escribir más. Os mantendré informados.

martes, 12 de julio de 2016

Agustín Fernández Paz

da Wikipedia galega
Hoxe morreu o meu mestre Agustín Fernández Paz, prolífico escritor de literatura xuvenil e profesor, durante varias décadas, de lingua e literatura galegas. A nosa xeración de alumnos do IES Rosais II tivo a sorte de estudar baixo as súas ensinanzas en cuarto de ESO, pero eu coñecín a Agustín anos antes, cando vivía no meu mesmo edificio e a miña nai nos levou á miña irmá e a min a pedirlle que nos adicara "Contos por palabras". "Para Enzo e Constanza, que van ser uns lectores estupendos", asinou.

Pola miña experiencia, Agustín era ante todo unha boa persoa. Lémbrome dunha ocasión na que eu estaba a debuxar garabatos (claro) no meu libro de galego, e el o viu pero no canto de enfadarse admirou os meus debuxos, dicindo que o facía moi ben. A xenerosidade e sinxeleza de Agustín déronme tanta vergoña que non deixei de atender ó resto das súas leccións no que quedaba do curso. Nunca, nunca lle escoitamos unha palabra máis alta ca outra, nunca perdeu os nervios, sempre tiña boas palabras para connosco.

A última oportunidade de interactuar co mestre foi a través do Twitter, que usaba con elegancia para pór de relevancia as inxustizas da sociedade actual. Gracias á rede social puiden felicitar o seu derradeiro aniversario: uns 69 anos que son cruelmente escasos para unha persoa do seu calado, literario e humano.

Descansa en paz, mestre. Non te imos esquecer.