El pasado martes 17 falleció Manuel Prieto Alberca, quien fue Catedrático de Sistemas y Técnicas de Representación (Dibujo Técnico, si queréis) en la ETSIA. Conozco menos de su carrera de lo que me gustaría en este momento, pero sí sé que escribió y publicó varios libros de texto, uno de los cuales, Fundamentos Geométricos del Diseño en Ingeniería, se halla ahora sobre mi cama.
Este y otros libros son compendios completísimos de geometría, exhaustivos pero amenos, que me sirvieron a mí y a otros compañeros, incluso ingenieros de otras escuelas, para entender los difíciles conceptos manejados.
En cuanto a su labor docente, no puedo dejar de ensalzar su esfuerzo en hacernos comprender las complicaciones de la geometría proyectiva (que tiene muchas), usando ejemplos cercanos (la novia de Guadalajara le sonará a más de uno), insistiendo ante nuestro estupor... Un profesor cercano y amistoso, además de una autoridad en la materia.
Hace años mi profesor de matemáticas de primero, Ignacio Delgado, me dijo en el Metro, charlando de matemáticas: "Macho, es que Prieto sabe un güevo... Ya me gustaría a mí saber lo que sabe él".
Descanse en paz, Doctor Prieto.
Sus famliares te agradecemos tus cariñosas palabras. Un abrazo. José Prieto
ResponderEliminarUn abrazo para usted y el resto de familiares.
EliminarEsto no lo conocía yo, pero conozco la gran familia q sois y hemos compartido momentos muy duros y ahora más q nunca quería dejaros aquí mi ánimo y mi cariño,un abrazo familia Prieto
EliminarSu familia le queríamos como esposo, padre, hermano, abuelo o suegro. Es muy gratificante para nosotros saber el respeto tan enorme que despertaba como profesional. Nuestro agradecimiento a tu post es infinito. Un abrazo!
ResponderEliminarTras 45 años de relación con Manolo en muy diferentes aspectos, primero alumno en su academia privada, después en la Escuela de Aeronauticos de Mecánica Racional y Matematicas, compañero en CASA, maestro de carpinteria, marquetería, encuadernación, fontanería, albañilería, fabricación de organos musicales, y muchas otras disciplinas, profunda amistad familiar, y por último emparentamiento a través de nuestros respectivos hijos, no tengo por más que ensalzar su capacidad intelectual, que jamás descansaba, su imaginación, su tenacidad en llevar a cabo todo aquello que se proponía. Pero después de dicho todo esto, creo que su mayor virtud era su enamoramiento por la enseñanza, su generosidad compartiendo sus conocimientos y sus bienes con todo aquel que lo precisara y sobre todo su sencillez y bonhomía.
ResponderEliminarNo volveremos a conocer a nadie como él.
Un hombre tolerante, comprensivo y excepcional. Su portero de la comunidad, Fernando
ResponderEliminarConocía a Manolo desde hace muchos años. Primero como amigo de mi familia y, más adelante, como profesor en la Escuela Técnica Superior de Ingenieros Aeronáuticos. La magnitud de su mente y de su inteligencia eran de otro mundo. Era (y seguirá siendo) una referencia en todos aquellos campos que se atrevió a explorar.
ResponderEliminarLe gustaba enseñar, amaba la docencia. Recuerdo estar sentado en sus clases y percibir cómo transformaba complejos conceptos en ideas terrenales.
Tuve la enorme suerte de conocerle muy de cerca. Era una gran persona, abierto, amable, cariñoso y gran comunicador.
Un fuerte abrazo para toda la familia.
Nacho Pérez
Conocí a Manuel Prieto de casualidad, como ocurren las mejores cosas en la vida. Mi madre le operó de los ojos y al comentarle mi interés por las matemáticas y por estudiar Ingeniería Aeronáutica, no dudó en estimular mi interés, evitando que me perdiese por ahí en manos de cualquiera. Años más tarde, le tuve como profesor particular de su pasión, la Mecánica Racional. Y no hubo clase en la que no me sintiese tremendamente pequeño, y afortunado, muy afortunado, por el gigante intelectual que me daba de forma cercana clase.
ResponderEliminarLe agradeceré toda la vida el haberme estimulado, el mostrarme la belleza del mundo matemático que a menudo se esconde, a que nunca cesase en entender las cosas desde la raíz.
Agradezco también a su hijo, Federico, el haber seguido enseñandome en ausencia de su padre por voluntad propia.
Enrique Millán.
No tuve el honor de conocer a Manuel como profesor pero sí como persona, su amabilidad, su sencillez y su disposición para ayudarte eran infinitas y desinteresadas.
ResponderEliminarSe nos fue uno de los grandes. Descanse en Paz.
Para Doña Isabel, esposa de Don Manuel:
ResponderEliminarBuenas tardes Sra, aunque no conocía a su marido personalmente y solo he hablado con usted en contadas ocasiones y por teléfono, si tenía constancia por mi madre, de la valía personal y profesional de su esposo. (q.e.d.).
En momentos como éste sobran las palabras y aunque no soy quien para darle una guía para la nueva etapa de su vida que el destino le ha querido poner en el camino que ensalce en cada instante, en cada momento, en cada esquina...a cada paso que de, recordar con vehemencia esos instantes que vivieron juntos, irrepetibles y que sin duda su esposo, allende donde esté recordará con la mayor de las alegrías esbozando sin duda una sonrisa cómplice.
Para lo que nos necesite a mi madre y a mi, aquí nos tiene.
Reciba usted y haga extensible a toda su familia el más solidario y enternecedor de los abrazos.
Consuelo y Rafael
Totalmente de acuerdo con los anteriores comentarios. Manolo fue profesor mío en la ETSIA, y compañero de trabajo después en la antigua CASA. Desgraciadamente, por poco tiempo, ya que su vocación por la enseñanza lo devolvió a los claustros universitarios. Y a lo largo de estos años, aunque he tenido poca relación con él, siempre le he considerado un amigo y una persona excepcional. Comparto el pesar de sus familiares, amistades y alumnos que tanto sienten y sentirán la pérdida de un hombre polifacético, y gran pedagogo, pero, sobre todo y ante todo, un hombre bueno en el más amplio sentido de esta palabra. Descanse en paz.
ResponderEliminarDe los pocos profesores que merecían la pena de la ETSIA. No solo dominaba la materia a impartir, sino que sabía transmitirla.
ResponderEliminarLas nuevas generaciones lo echarán en falta.
Descanse en paz.
Acabo de asistir a un seminario en el que había algunos Ingenieros Aeronáuticos. Hace muchos años que yo terminé y he ido por la Escuela menos de lo que me hubiera gustado. Les he preguntado por el profesor Prieto y me he llevado un gran disgusto al enterarme de su fallecimiento. Lo siento, lo siento terriblemente. Me tocó recibir sus clases el primer año que, en la Escuela, se dedicó a la docencia y no tengo más que buenos recuerdos y un gran agradecimiento hacia él. Muchos años después aun sigo recordando una de sus frases preferidas, que decía con ese gracejo andaluz: "Tú subeh en el ascensor con uno que no sabe ná de ná y entre el bajo y el 5º le tienes que explicar qué es una integral de volumen. Pues es mu fásil ... " y conseguía hacértelo entender antes de llegar al 4º. Años después sigo usando sus ejemplos y recordándolo con el mismo cariño con que él me recordaba a mí ... que fui el único que le resolvió su primer problema de examen, el de los muertos en el aeropuerto, que -por ser el primero de su carrera docente en la Escuela- con tanta ilusión había preparado. Descanse en Paz, al son de las músicas que tanto amó, en la misma paz y sosiego que él, buenísimo profesor y buenísima persona, transmitía. Eusebio Huélamo
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