Páginas

domingo, 10 de marzo de 2013

Sonidos de la Tierra

El viernes, Iris me propuso ir a un concierto de música africana del cuya existencia había sabido mediante Facebook. Me pareció un plan muy divertido, y diferente, y encima tenía lugar cerca de mi casa, en la calle de la Nao, así que para allí nos fuimos.

Resultó estar organizado por Residui Teatro y Madera de Cayuco, en lo que luego supe que era el Centro de Artesanía de las Artes Escénicas. Al llegar, había un grupo de gente en la puerta, que parecían conocerse entre sí, con lo que nos dio un poco de corte, pero no hicimos el tonto y entramos. Una recepcionista italiana nos tomó los datos para hacernos "socios por un día" (dice Denis, y tiene sentido, que es para tener un marco legal en el que poder vendernos alcohol) y entramos a una espaciosa estancia con bastante poca gente, incluyendo los músicos themselves y otro par de chicos africanos, un técnico de sonido y un fotógrafo con pintas infames de moderno hispter.

Poco a poco fue llegando más gente, aunque no se llenó el local. Empezó el concierto con media hora de retraso, pero se nos pasó volando, y no nos arrepentimos cuando comenzaron a sonar los instrumentos, fabricados con calabazas. Dos de ellos eran una suerte de guitarras, pero que se tocan con ellas verticalmente en el regazo y rasgueándolas un poco como si fueran arpas. Creo que se llaman sylas, pero no estoy seguro. El tercer componente era una caja de percusión, acompañada por unas maracas y un platillo que el músico tocaba con la mano.


Me llamó la atención la riqueza de sonidos que producían estos instrumentos artesanales, así como la destreza de los músicos para tocarlos. Suenan parecido a una guitarra, al menos para mis oídos profanos en lo musical, y curiosamente el instrumento más grande era más agudo. En general las canciones eran bastante tranquilas, pero de cuando en cuando se arrancaban con ritmos más rápidos y bailones. Y resulta que los otros dos negros, que formaban parte del público, se pusieron a bailar con el flow eterno de la gente de color, animando considerablemente al resto del respetable. En algún tema, otros de los presentes se animaron a bailar también. Luego hubo un pequeño descanso, roto por el que parecía ser el líder del grupo, que se marcó un solo con otro instrumento más, muy pequeñico y que no alcancé a ver muy bien, que creo que se llama kalimba. Luego hicieron una mención al Día de la Mujer (Trabajadora) y cantaron la última canción que Iris y yo presenciamos, "un regalo a todas las mujeres del mundo", en la que pidieron a todos que hiciéramos los coros.  





Estuvimos una hora y media en el concierto, y si nos marchamos antes de que terminara fue porque teníamos un compromiso previo, una fiesta de despedida plagada de italianos en casa de María Ester. 

Flash forward al sábado por la noche, cumpleaños de Laura Curráis. Iris y yo hemos acudido y ahora estamos en Lavapiés con ella y su amigo Jorge, tomándonos la última. En esto que, mientras buscamos el bar en el que hacer eso, pasamos delante de un grupo de africanos y me dice Iris: "¡Es el de ayer! ¡Es el chico de ayer! Lleva los mismos zapatos y botas". Claro, yo fui escéptico, pensando que en Madrid, y más en Lavapiés, habrá miles de negros con vaqueros remangados y botas así, y eso le hice saber, pero unos paisanos que estaban al lado se enteraron de refilón de la conversación y nos dijeron que sí, que el hombre en cuestión tocaba la syla o como se llame. Le faltó tiempo a Iris para abordar al músico, confirmar que era él y decirle que habíamos sido su público y que nos había molado mucho. Él, cuyo nombre creo que no nos dijo, y cuya cara emanaba paz y felicidad, nos dijo que el grupo se llama Sonidos de la Tierra (Bogi-Jui es la transliteración del nombre original), y que tanto él como el percusionista son de Guinea-Conakry (o Guinea a secas), siendo el otro cordista de Gambia. Y que otras veces tienen a un guitarrista flamenco, y que todos los instrumentos (salvo la guitarra y el platillo, me imagino) son artesanos y hechos con calabazas, y que el sábado que viene tocarán en un restaurante guineano de flamante apertura. Por si a alguien le interesa, el Pilum, en la calle Rodas, 9, este sábado a las 22. 

Esta mañana los buscamos en la red, y tienen Facebook y algunos vídeos en Youtube. El hecho de encontrarnos al integrante por la noche hace que me haga doble ilusión haber ido al concierto, y que tenga bastantes ganas de ir al siguiente.

Un frescunzo.

1 comentario:

  1. He continuado la labor investigadora y también tienen myspace (http://www.myspace.com/bogijui). En su página de facebook vienen los nombres de los integrantes del grupo y los instrumentos que toca cada uno. Resulta que Syla es precisamente el nombre del chico que nos encontramos, y toca la kalimba (q creo q es el instrumento pequeñito con el que interpretó el solo), el kamalengomi y el balafon (parecido a un xilófono). ¡Este sábado no nos perdemos un nuevo concierto de esta gente! Todo apunta a que me voy a hacer una groupie en toda regla de este grupo!!!

    ResponderEliminar