Decía el lunes que esta crisis podía tener consecuencias positivas para nuestra sociedad. Algunas de ellas no se están haciendo esperar: en Madrid, la boina de contaminación se está haciendo más liviana y se duerme mejor porque hay más silencio. En Venecia, los canales están más claros y se han llenado de peces y cisnes. En Cerdeña, han vuelto los delfines a los muelles al reducirse el tráfico de ferris. Y, al parecer, las omnipresentes casas de apuestas que han proliferado en los últimos años corren el riesgo de quebrar.
Sirvan estos ejemplos de reflexión sobre lo mucho que hemos cambiado el mundo y lo poco que lo apreciamos día a día. Bueno, y los locales de apuestas que se vayan a la mierda.
Sirvan estos ejemplos de reflexión sobre lo mucho que hemos cambiado el mundo y lo poco que lo apreciamos día a día. Bueno, y los locales de apuestas que se vayan a la mierda.
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