Cuando tenía 15 años empecé a jugar a Warhammer, el juego de batallas de miniaturas. Hace tiempo que lo dejé de lado, salvo la ocasional partida con Jaime o Diego; pero me mantengo al día de las novedades, y sigo comprando y pintando figurinas porque sí, o para jugar a Mordheim (una versión a menor escala; en lugar de ejércitos son pandillas y en lugar de batallas escaramuzas).
Este enero salieron a la venta los nuevos (otra vez) Condes Vampiro, ejército cuya temática es la que os podéis imaginar. Entre el rango de unidades que ha aparecido están las siguientes bellezas:
Ambas miniaturas son de plástico, lo que está muy bien porque permite realizar modificaciones sencillas con poco más que un cúter e imaginación, y me parecen acojonantes. Digo, acongojantes. No, bueno, acojonantes. Son el tipo de miniatura que me compro porque sí, para pintar y mirar. Además, son suficientemente genéricas como para poder usarlas en otros juegos, tipo Heroquest o D&D.
Sin embargo, a veces se les va de las manos:
Esto es una especie de carruaje rococó con unas paisanas muy sangrientas, llamado Trono del Aquelarre. Con la misma caja, que cuesta nada más y nada menos que 45 del ala, puedes montar en su lugar el "Sagrario Mortis", igualmente sobrecargado pero con un nigromante en lugar de estas muchachas. Evidentemente, si montas uno de los dos, te sobrarán piezas para hacer lo que quieras con ellas, lo que siempre está bien, pero... ¡Es una exageración! No sé cómo será esta cosa de grande, pero me imagino que un rato largo (basándome en la peana y el precio). Es bonito y tal, pero en el fondo es un carro llevado por fantasmas y en el que viajan tres vampiresas en vestidos nada bélicos. Además, esta facción ya tiene un tradicional carro que era la leche cuando yo jugaba, el "Carruaje Negro" (el nombre es más simple, ya. Antes la vida era más simple), que tanto en cuestión de reglas como de miniatura queda TOTALMENTE OBSOLETO por este despropósito. Biggerer and betterer, como dicen en inglés ("más mayor y más mejor", viene a significar); en este juego que he acabado considerando bastante deficiente todo lo arreglan sacando la unidad de la muerte definitiva para acabar con todos los problemas. Hasta el siguiente libro de ejército, claro.
Porque (y este es el problema de la franquicia, aunque ellos encantados porque se forran) en lugar de renovar las reglas y actualizar todos los ejércitos o facciones simultáneamente, de manera que se eviten las descompensaciones y todo el mundo pueda jugar con la que prefiera, se sacan de una en una. Hoy Condes Vampiro, dentro de cuatro meses Elfos Oscuros, y así hasta que pasen cuatro años y decidan reescribir las reglas básicas porque todo huele a vino y se está yendo al garete. Por si fuera poco, cada libro de ejército es escrito por un equipo diferente de paisanos, normalmente un jefe muy jefe y unos colaboradores. Que puede que lo hagan bien (como Phil Kelly con el libro de Ogros en 2005) o se porten como críos y hagan todo muy pasada, muy guay, muy mejor (como Gav Thorpe en todo lo que toca). Al final, todo se sale de madre y por eso han de resetear; mientras tanto, los ejércitos menos molones no se comen un rosco y son renovados la décima parte de las veces.
Estamos hablando de una compañía que decidió llamar a las pulgadas "unidades de medida" para poder vender reglas exclusivas. A todo esto, en España anteriormente usaba los centímetros con los consiguientes quebraderos de cabeza, al tratarse de un juego inglés traducido. Estos paisanos son unos chapuceros peseteros que no hacen más que huir hacia delante. No hacen más que diluir el encanto de las tropas de línea, que no pueden aguantar frente a las apabullantes tropas especiales, que a su vez serán desplazadas por la siguiente generación de espectros a caballo con guadañas.
Este enero salieron a la venta los nuevos (otra vez) Condes Vampiro, ejército cuya temática es la que os podéis imaginar. Entre el rango de unidades que ha aparecido están las siguientes bellezas:
Ambas miniaturas son de plástico, lo que está muy bien porque permite realizar modificaciones sencillas con poco más que un cúter e imaginación, y me parecen acojonantes. Digo, acongojantes. No, bueno, acojonantes. Son el tipo de miniatura que me compro porque sí, para pintar y mirar. Además, son suficientemente genéricas como para poder usarlas en otros juegos, tipo Heroquest o D&D.
Sin embargo, a veces se les va de las manos:
Esto es una especie de carruaje rococó con unas paisanas muy sangrientas, llamado Trono del Aquelarre. Con la misma caja, que cuesta nada más y nada menos que 45 del ala, puedes montar en su lugar el "Sagrario Mortis", igualmente sobrecargado pero con un nigromante en lugar de estas muchachas. Evidentemente, si montas uno de los dos, te sobrarán piezas para hacer lo que quieras con ellas, lo que siempre está bien, pero... ¡Es una exageración! No sé cómo será esta cosa de grande, pero me imagino que un rato largo (basándome en la peana y el precio). Es bonito y tal, pero en el fondo es un carro llevado por fantasmas y en el que viajan tres vampiresas en vestidos nada bélicos. Además, esta facción ya tiene un tradicional carro que era la leche cuando yo jugaba, el "Carruaje Negro" (el nombre es más simple, ya. Antes la vida era más simple), que tanto en cuestión de reglas como de miniatura queda TOTALMENTE OBSOLETO por este despropósito. Biggerer and betterer, como dicen en inglés ("más mayor y más mejor", viene a significar); en este juego que he acabado considerando bastante deficiente todo lo arreglan sacando la unidad de la muerte definitiva para acabar con todos los problemas. Hasta el siguiente libro de ejército, claro.
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Estamos hablando de una compañía que decidió llamar a las pulgadas "unidades de medida" para poder vender reglas exclusivas. A todo esto, en España anteriormente usaba los centímetros con los consiguientes quebraderos de cabeza, al tratarse de un juego inglés traducido. Estos paisanos son unos chapuceros peseteros que no hacen más que huir hacia delante. No hacen más que diluir el encanto de las tropas de línea, que no pueden aguantar frente a las apabullantes tropas especiales, que a su vez serán desplazadas por la siguiente generación de espectros a caballo con guadañas.
la guadaña, o el arma más imposible de blandir a caballo |
Muchas de las reglas básicas de Warhammer agradecerían una verdadera revisión. Cambiar el fondo del juego para que no necesitara tantas reglas ad hoc ni estuviera desequilibrado hacia las razas con alto atributo de Resistencia y buena armadura. Los arcos pueden ser tan potentes como las ballestas. Los martillos de guerra no tienen una cabeza del tamaño de mi mesilla de noche (su mero concepto es opuesto). Sobre todo, hace falta centralizar y homogeneizar el desarrollo de los distintos ejércitos. A ser posible, tratar de que cada ejército sea más modesto, más sencillo y que las unidades singulares sean verdaderamente singulares y llamativas.
O al menos, a mí me parece.
Soy el artista.Como siempre, da gusto leerte.
ResponderEliminarAdemás, coincido con tu propuesta y me gustaría añadir un pequeño aporte. La mega unidad de espectros a caballo con sus "IN-blandibles" guadañas, bien podría haber sido hace un tiempo una conversión de caballeros negros. Con lo que ello conlleva. Miniaturas espectaculares sin necesidad de hacer la unidad definitiva.
Aun asi, es como el fumar. Un fabuloso vicio-hobbie-trampa bien montado. Todo aquel que compra las figuritas, con su maravilloso detalle y todas llenas de fantasia e imaginacion, queda atrapado por ellas, normalmente puede que hasta se compre pinceles, pinturas y comience a pintarlas. Mucha gente patalea y llora por que los ejercitos no estan nivelados o las reglas no son del todo realistas pero siguen dejandose el dinero revision tras revision e incluso compran varios ejercitos para jugar con el que mas divertido o más se gane en ese momento concreto. Reconozcamoslo, es una trampa y bastante cara, por cierto.
ResponderEliminarHombre se ve qeu estas de no jugar por que precisamente en esta edicion lo que funciona es llevar bloques enormes de unidades basicas, y esos espectros tan bonitos al igual que los nuevos carros nunca se veran en las mesas por que no rentan.
ResponderEliminarOye, pues me quedo mucho más tranquilo. Yo no juego mucho desde 6ª edición, habiendo echado alguna partida de 7ª.
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