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lunes, 16 de enero de 2012

Fraguewell

Supongo que todo el mundo lo sabrá ya. Manuel Fraga, exministro franquista, expresidente de la Xunta de Galicia, exsenador, fundador del Partido Popular y padre de la Constitución (mal que le pesase), murió ayer a los 89 años.

era de Vilalba

No tiene sentido que me ponga a hablaros de los logros y desventuras de este señor cuando todos los medios del país van a hacerlo mejor, y muchos de mis lectores saben más que yo. Pero resulta que esta incipiente mañana, leyendo estas noticias, me he dado cuenta de que no sé cómo me siento al respecto. Me explico.

Siendo el apasionado republicano de izquierdas que soy, Fraga encarnaba para mí muchas de las cosas que no querría para mi país: un ministro de la dictadura, que no fue investigado por sus actos (por ejemplo unas cuantas muertes en los años 60 y 70 a manos del régimen), adicto al poder (no dejó su asiento de senador hasta el año pasado), ambicioso, malencarado y autoritario. Por otro lado, es innegable que el Gran Timonel trabajaba como un animal, que poseía una vasta cultura y que era un tipo consecuente. Además, y aunque parezca mentira, era un hombre de origen humilde, cuya familia pasó apreturas para que pudiera estudiar, y todo lo que consiguió fue fruto de su esfuerzo y trabajo. Lo cual es bastante modélico, independientemente de tu filiación política.

Fue un adicto a los excesos, que solía presumir de hazañas absurdas, como recorrer más kilómetros, estrechar más manos y dar más mítines que nadie. Contaba con orgullo que en su época de embajador en Londres fue el único que cumplió con la obligación diplomática de visitar a todos sus compañeros de otros países, más de un centenar, "incluida", subrayaba, "la isla de Tonga". 
--Xosé Hermida, elpais.com 

Pero claro, sigue tratándose de un franquista impune, orgulloso de la dictadura y que nunca la condenó. Además, lo que me pilla más cercano, él y el gobierno central gestionaron de manera horrible la catástrofe del Prestige, lo cual sin duda consiguió que el pueblo gallego lo despojara de su cargo en 2005. Tengo muchas razones para que me disgustase, y sin embargo no siento alegría o alivio por su defunción, incluso siento cierta pena.

Al fin y al cabo, era un enorme personaje. Un monstruo de la política. Con todas las cosas que podría echarle en cara, lo que queda es que era un adversario de proporciones épicas, un hombre preparado, culto y entregado. En una rivalidad, uno crece tanto más cuanto mayor es el rival, y es difícil pensar, en España, en uno de mayor nivel que Fraga. No un pelotillero del Congreso, no un maquinador retorcido, no un politicucho cobarde, no un meapilas demagogo: dadme un enemigo como Don Manuel.

Descanse en paz, él que dio tanta guerra.



While revenge weakens society, forgiveness gives it strength
--decimocuarto Dalai Lama 

5 comentarios:

  1. Hay sobrinin.... Para que ahora disfrutemos de la democracia que tenemos, algo tuvieron que ver las personas, que como Don Manuel, dieron todo lo que tenian al servicio de España y los españoles.
    "he dicho todo lo que tenía que decir"

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  2. No digo que no. Que era ambicioso y malencarado no me lo puedes negar!

    Supongo que te das cuenta de que he dejado a un lado las diferencias para despedir a una figura clave de la política española. Y que era paisano. Mis desacuerdos con sus puntos de vista quedaron de manifiesto cuando voté en su contra para las elecciones gallegas.

    ¿Todo lo que tenías que decir? Menos ruedas de prensa sin preguntas, eh? :P

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  3. "He dicho todo lo que tenia que decir" es una de sus famosas frases. Jejeje

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  4. Un día llega tu hora, cosas de la evolución supongo, y te haces con uno de esos móviles último modelo y te bajas el programita ese de marras, el del icono verde con forma de bocadillo, y curioseando llegas hasta los contactos. Uno a uno los vas mirando, por inercia más que por necesidad, hasta que llegas al de ese amigo que hace siglos que no ves e inexplicablemente sientes una ingenua alegría. Puede que ya no tengáis nada en común, puede incluso que nunca lo tuvieseis… Amigos de la adolescencia: unidos por las circunstancias, distanciados por la vida y olvidados por uno mismo. (A mí, igual que antaño, me gusta pensar que los amigos son para siempre. Naturalmente que las relaciones hay que trabajarlas día a día pero… todo es recuerdo, y yo personalmente hago y pienso lo que me sale de los mismísimos con los míos).

    Me ha hecho mucha ilusión saber que tienes un blog, siempre es de agradecer leer a alguien que tiene algo interesante que decir, o no, pero que lo dice igual.

    PD: Lo de Fraga una pena oiga, una pena porque mi abuela se pasó el día llorando, y no es plato de buen gusto ver ese percal. No por él, que aunque como archienemigo estaba muy bien (uno de esos cerebros que pueden cambiar el curso de la historia), no creo que sea digno de respeto en el momento que dejó de saber envejecer y lo tuvimos que sufrir el resto.

    Saludos camarada!!!

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