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miércoles, 1 de agosto de 2012

Sus últimos días los pasó arropada por toda la gente que amaba. Ya no se despertaba, pero apretaba la mano cuando, con todo el cariño que pudierais imaginar, sus familiares le leían pasajes de un libro o una oración.

Después del funeral, sus parientes le rindieron homenaje en la terraza de la que fue su vivienda, comiendo los pasteles que siempre le encantaron. Y el sol salió para bañar con sus rayos el momento. Ellos sacaron las viejas fotos familiares, guardadas con primor; fotos en color y en blanco y negro, de un capitán de navío, de un joven legionario o de unos bebés regordetes, admirando los parecidos entre unos y otros, sonriendo y disfrutando como a ella le hubiera gustado.

Tristes porque se ha ido, pero contentos de haberla conocido.

2 comentarios:

  1. Dándome un paseo por tu blog, gracias por tus palabras.
    Me he emocionado...por que ha sido tal cual, y miles de historias que se podrían contar que quedan en nuestros recuerdos y en las fotos.

    Un besote

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