En el tiempo que llevo conviviendo con los arquitectos, apenas he repetido plato (un par de veces filetazo de vaca y otras veces pizzas de los puestos de la calle). No sólo eso, es que comemos muy bien, tocando todos los palos, y siempre comida elaborada.
Hamburguesas caseras, de ternera y cerdo, con patatas fritas:
siempre hay un plato de lechuga por ahí |
Pollo de la Abuela Julia (abuela de Denis):
aquí sirviéndolo |
Risotto de pollo. Aquí tomé una foto de la preparación del mismo:
Denis es el líder indiscutible en el fogón |
El pollo era de corral, y quedó tiernísimo, casi como una crema. Las judías quedaron más duras, ¡porque teníamos hambre, maldita sea!
Puré de zanahoria y jengibre (este fue cosa mía):
Me encantó el toque de jengibre. Totalmente recomendado, que además cunde muchísimo para lo que vale; es muy sabroso.
Ese mismo día también comimos salmón con salsa de endibias. Iba a poner una foto pero se ve muy mal, así que nada.
El primer bisté enorme, que no tiene mucho interés más que la exhaustividad de esta recolección:
Tallarines con verduras, carne de no sé qué y mango:
Crema de patata y zanahoria (esta fue cosa de ellos y no llevaba jengibre):
Y además de esto, también han pasado por nuestra mesa doradas al horno, patatas con calabaza y aguja de cerdo, pollo con tomate, lentejas (de Adriano, ya llegarán las mías), salchichas con puré de patata, y un montón más que ahora no recuerdo. Así nos las gastamos, nosotros. Jo.
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