Tengo el ordenador en el servicio técnico, por eso no estoy dando muchas señales de vida por aquí. Para amenizar un poco el inicio del mes de diciembre voy a colgar unas fotos con sus escuetas explicaciones.
Gambas rebozadas con salsa de cilantro, también del libro de Maca Feijóo (que me regaló, no que escribiera). La salsa sabía a mojo picón y el ajo nos repitió todo el día, así que exquisito. Y sí, las serví con unas rodajas de naranja, y no, no fue idea mía, pero queda muy mono, no?
Esto es una receta de arroz "mexicano" de Ferrán Adriá, que le gusta mucho a Denis. Lleva cebolla batida, cilantro (otra vez), maíz y ajo. Lo usamos para acompañar unas pechugas de pollo y estas no le llegaban a la suela de los zapatos.
Y ayer cenamos una patatada bastarda, como dicen estos. Con toda la grasa que pudimos encontrar, porque, por Santiago, hace más frío en Madrid que en la comunión de Pingu, y en Churruca 3 no tenemos calefacción. Bueno, tenemos unos radiadores eléctricos, de esos que calentar no calientan y consumir consumen como si fuera su último día en la Tierra.
Conste que estoy muy a gusto con el frío, sobre todo porque se exagera muchísimo con la calefacción en España en general y en Madrid en particular. No sólo es irresponsabilísimo desde el punto de vista ecológico; también es un coñazo entrar en una tienda y asarte de calor, y estoy convencido (al igual que Denis) de que tanto radiador encendido nos hace débiles y más propensos a los catarros. Yo por ahora estoy mejor que nunca en estas fechas, entre esta casa y sentarme al lado de la ventana en clase. Ventana que abro, por supuesto.
También ayer, por la mañana, fuimos Iris y yo al parque Juan Carlos I, que está en Campo de las Naciones, tan al nordeste de Madrid que se ven los aviones aterrizar en Barajas. El parque es bastante grande y bastante nuevo; los arbustos son muy bajos todavía, aunque tiene árboles ya crecidos y presumiblemente trasplantados. Mención especial merece un olivar precioso por el que es una gozada pasear. Asimismo, hay numerosas obras de arte (esculturas y tal) salpicadas por el área, y si bien las hay mejores y peores, en lo que coincidimos es que las cartelas explicativas eran lo más cursi, ñoño y vomitivo que pudieran haber escrito.
Vimos un montón de perros siendo paseados, muy riquiños, y no pasamos nada de frío porque daba el solete. Comimos unos bocatas, leímos nuestros libros libres y pasamos una buena mañana dominguera.
pese a la nefanda amenaza de las profundidades |
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