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viernes, 30 de marzo de 2012

La tienda de flores

El año pasado Iris vivía en la Avenida de Reina Victoria. Justo enfrente de su casa, en el bulevar, había un kiosco de flores regentado por un señor en la cincuentena. En él, más de una vez compré para mi dama un ramo o una solitaria rosa. El florista hacía gala de un humor cínico dirigido a su persona y a lo mal que le iba el negocio.

Ahora, el establecimiento luce esta guisa:


La gente ya no compra flores...

1 comentario:

  1. Las flores son para los románticos, como el teatro, ¿qué pintan en esta sociedad consumista y materialista?

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