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lunes, 13 de julio de 2015

#ThisIsACoup

Como sabréis, este fin de semana se reunió el Eurogrupo muy fuerte, tanto que Rajoy no durmió de domingo a lunes, para decidir sobre el futuro de Grecia. Como desenlace al problema de la deuda griega y bajo el liderazgo de Angela Merkel, se le planteó a Alexis Tsipras, el primer ministro griego, una lista de tareas como condición sine qua non para prestarles más dinero. Dicho Tsipras acababa de realizar un referéndum, interpretado como un desafío al Eurogrupo, en el que el "no" venció y rechazó (como Tsipras y su gobierno deseaban) un paquete de medidas considerado por la mayoría de los medios como bastante menos malo que el de esta mañana.

Entre una cosa y otra, Yanis Varoufakis, carismático ministro de Finanzas griego, dimitió para, en sus propias palabras, facilitar la negociación. El profesor de Economía convertido en duro negociador con los líderes europeos entendía que su firmeza, muchas veces entendida como terquedad o fanatismo, dificultaba las relaciones diplomáticas. Con su dimisión, producida al día siguiente del famoso referéndum, pretendía suavizar las negociaciones, evidentemente sin éxito.

Entre otros países, es Alemania quien se ha empecinado en abocar a Grecia a unas medidas que incluyen supervisión perenne del Fondo Monetario Internacional, privatización de sectores estratégicos del país (que irán a parar de manera indirecta a manos de uno de los negociadores del Eurogrupo, el ministro alemán de finanzas, Wolfgang Schauble), bajar las pensiones (o, como dice El País,  "garantizar la sostenibilidad de las pensiones") y toda suerte de imposiciones de corte neoliberal. Por cierto que una de ellas incluye que el Parlamento Griego revoque las leyes que haya aprobado desde que Syriza (la "izquierda radical") llegó al poder a principios de año y no se adecúen a lo que los líderes del Eurogrupo consideren adecuado.

A cambio, Grecia obtiene la posibilidad de reestructurar su deuda (nada han dicho, siquiera, de una quita).

Me gustaría resaltar a continuación varios hechos:
  • El actual gobierno griego, encabezado por Syriza, es heredero pero no causante del desfalco que ha arrastrado a Grecia a la bancarrota. De hecho, el auge de Syriza obedece a la insatisfacción generalizada por los anteriores gobiernos de Samaras, Papandreu, Simitis y otros; políticos cuya corrupción, connivencia con los banqueros y especuladores son comúnmente aceptadas como la causa de la debacle helena, y cuyas medidas supuestamente milagrosas no han conseguido más que multiplicar año tras año la deuda del país.
El hecho de que un presidente electo democráticamente, reforzado por un reciente referéndum, tenga que doblegarse ante la presión de los mismos políticos extranjeros que dictaron medidas para su país que lo llevaron más y más al negro pozo de la crisis; el hecho de que la voluntad del pueblo, clara y muchas veces repetida, se estrelle contra el muro del cruel materialismo; el hecho de que los dirigentes europeos, pensando en sus propios bancos nacionales, olviden convenientemente sus propias deudas históricas y humillen a sus pares; todo esto hace que pertenecer a las instituciones que lo permiten y alientan sea, en el mejor de los casos, inquietante, y en el peor, repugnante.

Angela Merkel es un ser despiadado y cruel. Sus correveidiles, otro tanto, incapaces de realizar un gesto noble, cobardes e interesados. Espero que vivan para arrepentirse de sus actos y sentir el asco por sus personas que hoy me producen a mí.

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