Predator (1987) nos deja, entre otras cosas, la mayor demostración de masculinidad absurda que un macho mononeuronal pueda imaginar en una borrachera de Mahou y carajillos. Cuando Dutch (Arnold Schwarzenegger) se encuentra a su colega Dillon (Carl Weathers, y sí, lo he tenido que buscar), al que hace tiempo que no veía, la cámara se detiene un segundo en su viril saludo:
En cualquier caso, esta imagen me obnubila por completo. Como una vez leí en una crítica de Filmaffinity, "una puta obra de harte".
No me había fijado en esta escena... jajaja...
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