Hace ya un tiempo que venía queriendo hacerme uno de estos. Si no había ocurrido ya es por dos razones: una, la más poderosa, es la pereza; otra, la más sutil, es una especie de vergüenza. Una sensación extraña que me decía que quien escribe sus pensamientos en Internet se mueve en el fondo por el orgullo de decir lo que los demás tienen que oír. Esto es, una suerte de clase magistral con una temática basada, un poco, en sus huevos.
Supongo que se puede ver de otra manera, y es que necesitamos expresarnos y que nos escuchen, que haya comunicación y comprensión. Pero para que esto suceda deben darse un par de condiciones: que la conversación sea interesante y que sea en ambos sentidos.
No sé si a alguien le resultará interesante lo que yo tengo que decir, pero me veo envuelto en una obsesión por compartir mis experiencias y lo que pienso de ellas, desde las más cotidianas a las más excepcionales. Espero que este objeto de moda que es el blog sea menos las plumas del pavo real, y más las antenas de la hormiga.
Muy bien! No suelo leer blogs, pero este me parece muy interesante. Sigue, sigue.
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