Hacía tiempo que no hablaba de comidas, posiblemente porque mis aventuras culinarias no habían sido reseñables en absoluto. Ayer, que Iris andaba bastante agobiada con el curro, decidí darle un pequeño homenaje, preparando chicharro (o jurel) al horno y unas ensaladas divertidas.
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| unas ensaladas hilarantes |
Concretamente, los boles esos de Muji que veis en la foto están llenos de pepino con hierbabuena y limón, una receta que si bien no es nada del otro mundo, sí es muy resultona. La saqué del libro de tapas que me regaló Maca Feijóo. Sobre todo, al igual que la ensalada de justo encima, es una buena combinación de colores, cosa que le gusta a la señorita Astor.
En cuanto al pescado, yo no estoy nada seguro de mí mismo cuando lo hago al horno, así que lo traje a la mesa, lo miramos un poco, lo volví a meter al horno y luego lo servimos otra vez. Con el enorme pasillo del Hotel Sandoval, eso significa varias decenas de metros de transporte de pescado.
El caso es que al final no sobró nada de chicharro, así que ni tan mal.
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