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martes, 13 de diciembre de 2011

Camino Soria

El fin de semana pasado me subí con el Artista a Soria, donde estábamos invitados por Lara y esperábamos ver también a Soria (de nombre Luismi). Nos cogimos el autobús en Avenida de América tres horas más tarde de lo que queríamos, por cosas de la vida, y el viaje duró un par de horas.

el colmenar

La primera noche la pasamos en una cabaña que el padre de Lara, Miguel Ángel, ha acondicionado a unos kilómetros de Soria para utilizarla como colmenar y como refugio zen. Está equipada con multitud de elementos "verdes": calentador de agua solar, otro par de mecanismos solares para producir miel o cera, un serpentín alrededor de  la estufa para aprovechar mejor el calor... Todas las instalaciones son producto del trabajo de sus manos y una mínima inversión, y ya le han ofrecido una pasta por ella. Que, dicho sea de paso, espero que no acepte, porque lo que tienen allí es una pasada. Eso no lo paga el dinero.

En fin, ahí pasamos desde las 7 de la tarde hasta las 4 del día siguiente, charlando, paseando por los alrededores y desempeñando ocupaciones relajadas en general. Nos acompañaba Canela, una de las perras de la familia, que se pasó un buen rato de la noche ladrando a los corzos. Todo muy campestre, que ya sabéis que es la mejor vida. No, en serio.

Lara y Jaime con mate y miel
Al día siguiente visitamos Pedrajas, el pueblo donde esta familia veranea y posee una casa muy chula. Oh, y que está plagado de esculturas que en su mayor parte son obra del padre de Lara. Es un manitas. En la casa tenían un Renault 4TL como el que tuvo mi madre 21 años, amarillo también, esperando su renacimiento como un fénix cuando este hombre se ponga a ello. Y visto lo visto, algún día se pondrá. 

Calabazas, por Miguel Ángel Rodríguez

Por fin tuvimos la oportunidad de reposar en la casa que tienen en Soria ciudad (39838 habitantes, muy familiar), conocer a la madre, Asun (yo la llamé Asunción y se rieron) y un poco más tarde al hermano, Miguel. Lara también tiene otra hermana llamada Marina, muy curiosa ella, a la que ya conocíamos de antes y que también estaba allí. El caso es que todos nos caímos muy bien, y la conversación fue muy animada y ecléctica, desde Alejandro Magno a estrategias en caso de apocalipsis zombi.

Después de cenar nos marchamos de vinos con vistas a encontrarnos con las amigas de Lara y con Soria (Luismi. Esta sinonimia crea confusión), cosa que hicimos en el tradicional local El Lázaro, donde estuvimos hasta horas no tan avanzadas como insospechadas tomando del susodicho vinate. Vinate dulce, por añadidura. Jaime y Lara, y las amigas de ésta, tuvieron la oportunidad de conocer a los amigos de Luismi, que son de lo mejor de España, y por supuesto, siendo Soria (ciudad) pequeña (bueno, Soria persona tampoco es muy grande), en seguida comenzaron a salir a colación relaciones entre unos y otros, y hubo gran regocijo.

Soria en Soria
El fin de semana pasó deliciosamente entre convolutas conversaciones convenientemente combinadas con vino y con victoria del Barça frente al Madrid, que vimos sin prestar mucha antención ni comer mucha pizza, cosa extraña que se explica porque Doña Asun Escalada nos preparaba unas comidas cinco tenedores. Y tres platos. Esto es algo que ya noté en mi anterior visita a Soria, donde la madre de Soria (mierda, ¿se entiende o qué?) no paraba de servirme chuletas de cordero después de los calamares en su tinta con arroz y antes del postre que sería sucedido por un ciclópeo pedazo de tarta. En Soria, se come BIEN.

Incluso tuvimos tiempo de hacer un poquillo de turismo, visitando San Saturio y el Paseo del Mirón a escasos grados sobre cero. Un frío de esos que abrigan un montón, desde mi punto de vista.

En general, un viaje excepcional, con una compañía fuera de serie.

4 comentarios:

  1. Soria (no ciudad, luismi)13 de diciembre de 2011, 20:42

    Lo del comentario de mis colegas me ha llegado. Que una persona a la que aprecio un montón, venga a mi casa (Soria ciudad, sigamos con el juego de liar), se lo pase bien y encima ponga eso de mis amigos, pues como que me hace sentirme bien (ellos tienen la misma opinion de ti y mi opinion ya la conoces)
    ¿Te acuerdas que puso mi madre de comer ese día? Eso si que me sorprende. Te lo explico, en Soria (ciudad, no micasa) se come muy bien y no hay criterio en cuanto a cantidad. Siempre parece que se come poco y te ceban de una forma entrañable. De todas formas te invito a conocer a alguna de las abuelas sorianas para que aprecies lo de que las madres se saben controlar un poco.
    En mi casa sabes de sobra que tienes sitio, y este año espero que hagas uso en Fiestas de San Juan (fiestas de Soria ciudad)en toda su duración, que son geniales y duras en la misma medida.

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  2. Jo Enzo que post... a mi también me ha llegado... un besote muy grande, sabes que sois bien recibidos siempre que querais!!

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  3. Pues para que tengas más información sobre Soria -la ciudad que al otro solo lo conozco de oídas- hace mucho tiempo, más de veinticino años, tus futuros padres fueron a conocer la provincia. Es esta una zona que a los de la periferia nos queda lejos, sobre todo antes. El caso es que en uno de esos bares en los que se come tan bien como en casa de Asun, nos encontramos con que servían JAMÓN CON CHORRERAS. ¿Y qué tiene de especial? se preguntarán los de Soria. Para mi mucho porque era una expresión muy frecuente en mi familia cuando yo era una niña para indicar que "de eso nada". Al principio pensé en una broma, pero no, me comí "jamón con chorreras" que son como las gambas a la gabardina pero con jamón.
    También recuerdo que nos pareció que había muchas ferreterías en Soria. ¿Será verdad?
    Y sobre todo, a pesar de que no fuimos tratados tan tan amablemente como tú, nos encantó.
    La actual madre

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