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jueves, 1 de diciembre de 2011

Evening bizarre

Vaya tardiña me ha salido. Primero he conseguido no encontrar la Casa del Libro de Gran Vía. Y eso que debo haber ido diez veces. Pero nada, no sé si el enorme gentío me ha despistado (¡oh, diciembre, mes de paradojas: llega el friazo y la gente sale a la calle!) o es que simplemente soy idiota, pero prometo que no la he visto por ninguna parte.

Como quien no quiere la cosa me he dirigido a la FNAC de Callao, delante de cuya puerta una orquesta de unos diez componentes alegraba los ánimos un huevo (en serio). Dentro había una sesión de firma de ejemplares y esas cosas por parte de comiqueros españoles (había también autoras, en castellano el plural de masculino vale para un grupo heterogéneo de personas, fuck you), cosa que ya sabía pero había olvidado. En fin, no conocía a ninguno de los que estaban, así que deambulé un poco, comprobé que el precio de Dance of Dragons (el último de Juego de Tronos) es muy competitivo, a unos 2 céntimos y medio la página, y salí de nuevo.

me hace gracia el de la izquierda que está de cara a la pared

En mi camino a casa, por el medio más largo (por Moncloa y caminando), me detuve en Kebab House, también conocido como El Mejor Kebab De Todo Madrid, también conocido como El Del Turco, también conocido como Ése Que Siempre Está Cerrado. Lo lleva en solitario un tipo que puede o no llamarse Ismael y puede o no ser turco, pero lo que está claro es que tiene un mostacho para apagar fuegos. El tío abre cuando le da la gana y en lugar del típico rollo de carne del Macro tiene novecientas chuletas de cordero clavadas en un pincho, asándose. Siempre te da el cambio en una cestita, para que no tengas que tocarle las manos o algo así. Hoy me enteré de que vende ayran casero. Un tipo crema, en general.

Más tarde, con el kebab en mi poder (en mi poder absoluto. Me lo había comido), en una calle secundaria me fijé en un macarra con un todoterreno blanco con pinta de ser muy caro y consumir la de Dios es Cristo. El todoterreno. El caso es que la cara del macarra, aun siendo vulgar, me sonaba. La única conclusión lógica, pues, es que fuera un famosete, probablemente el hijo de un torero o una folclórica (o ambas cosas). Lo gracioso es que al doblar la esquina había un montón de gente con cámaras y medio encapuchados, cabe una dependencia de Hacienda. El enterado lector reconocerá en la descripción y el contexto a una manada de paparazzos. En cuanto yo pasé se pusieron todos muy nerviosos y echaron a correr, no hacia ni de mí, sino hacia el que supuse que sería el citado macarra. No me cercioré de si era el mismo, porque, sinceramente, me importa un huevo, pero me hizo mucha gracia y les saqué una foto. Muy mala. Perdón.

ahora que lo veo aquí, sí es el mismo tipo

En fin. Que me di un paseo.

2 comentarios:

  1. Anda, ¿ibas a ir a la presentación de Salva Rubio? Yo la vi por internet, que la emitieron en streaming (for vengeance). Me encanta tu conclusión, BTW.

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  2. Fui sin éxito. No encontré la Casa del Libro. Creo que el local que yo conozco está en obras. O lo dicho, soy idiota.

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