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jueves, 26 de diciembre de 2013

Reseña: La Desolación de Smaug

Ayer mis señores padres nos llevaron a mi hermana, a Iris y a mí al cine a ver el Hobbit 2, que se llama La Desolación de Smaug porque por qué no.

Habiendo leído varias opiniones negativas de la peli, no tenía muchas expectativas, hasta el punto de que si no hubiera insistido mi madre en verla en familia no la habría visto. Mi principal razón para ello, sin embargo, es que me parece una tomadura de pelo que saquen tres películas de un libro de 300 páginas, y encima lo hagan a base de alargar con chorradas, personajes adicionales y secuencias ñoñas de Hollywood.

Y lo cierto es que en ese departamento, esta peli va bien servida. Desde Orlando Bloom chupando cámara al improbable romance de Fili (¿o Kili? Siempre me confundo), pasando por una extendida, innecesaria y complicada secuencia de las tribulaciones de Gandalf cuando deja el grupo (cosa que en la novela se deja inexplicada, por cierto) o por una extensa recreación en una subtrama inventada en ciudad del Lago; se nota que la película está rellenada como un pavo de Acción de Gracias.

Y eso me jode, me jode muchísimo. La novela es mucho más ligera que El Señor de los Anillos, sin ser por ello desprovista de carácter, y no le hacía ninguna falta enrevesarse con subtramas, enamoramientos metidos con calzador o Legolas. Me encantaría que alguien se dedicase a montar una versión "recortada" de las tres películas, quitando toda la paja y dejando lo que de verdad importa. Además, está tan claro que todo esto por lo que me quejo es debido a la codicia, a querer sacarnos los cuartos, que desde aquí invito a todos los que no la hayáis visto a no pagar un duro por ella y la disfrutéis de manera bucanera, como dice Lola Sondesa.

Dicho lo cual, y quitando que sin ver la película anterior uno no se enteraría de nada de la trama, esta peli es divertidísima. Había leído que es lenta, y estoy en desacuerdo. Quitando el tiempo que se pasan en Lago, los enanos y su saqueador apenas duermen dos noches en el mismo sitio, y los paisajes se suceden, cada cual diferente del anterior y más bonito. Me hubiera gustado que se pasasen más tiempo en el Bosque Negro, que era una parte del libro que me encantaba, pero me parece que se le hace justicia en la atmósfera y los peligros que se encuentran en él.

En la peli sale Bëorn, para el cual el casting me parece una mierda y los efectos especiales, decepcionantes (o innecesarios, como lo del abejorro que se posa en la nariz de Bilbo). Con el presupuesto que debían manejar, ya se podían haber currado un poco más lo que ya sabéis (o sabréis en los primeros diez minutos de peli. Yo, para este personaje, hubiera contratado a James Cosmo de cabeza.

El plato fuerte del film es Smaug mismo. La última media hora o más está dedicada casi por completo al encuentro con el dragón, y casi merece la pena pagar la entrada del cine por verlo (no, porque el cine está prohibitivo, pero sí pagaría cuatro euros sólo por las escenas del interior de Erebor). Los efectos especiales son impresionantes, y hasta el doblaje era bueno. O regular. No era malo. Me apetece verlo en inglés. Smaug tiene cuatro extremidades, en lugar de seis como a veces se presenta a los dragones, y en pantalla esto resultaba tan creíble, tan real, que de golpe decidí que en mi campaña de rol, los dragones tendrán cuartos traseros y alas, no como normalmente en D&D. La forma de reptar, la contorsión del cuello,  ¡la cabeza del monstruo! todo era sobrecogedor, plástico, enorme. Donde el resto de la peli era errónea y licenciosa, la sierpe era adecuada y tolkeniana. A pesar de esto, también se tomaron libertad en las acciones de hobbit y enanos, alargando (por supuesto) una apócrifa confrontación con el monstruo. Ahora bien, si alargas una peli para sacar más a un dragón impecable, me parece bien.

El tesoro de la montaña es también un poema, como lo es la escalera tallada en la piedra que suben los enanos y que me hubiera gustado ver más de cerca. La actuación de Martin Freeman baja un poco de nivel, pero claro, con tanto puto elfo, apenas tiene minutos de cámara; lo mismo pasa con los enanos secundarios como Balin y Dwalin (hijos de Fundin). Me gusta Thranduil, no me gusta que Bilbo haga ruido al caminar (porque es un hobbit, son especiales en ese sentido), no me gusta demasiado el look de Bardo (parece otro Orlando Bloom), me gustan las arañas y me lo pasé pipa con la secuencia de los barriles aunque no fuera completamente canónica.

Pero me cago en lo políticamente correcto y en las exigencias de márketing, y ayer repetí cordero, ojo.

sábado, 21 de diciembre de 2013

DEP Prieto


El pasado martes 17 falleció Manuel Prieto Alberca, quien fue Catedrático de Sistemas y Técnicas de Representación (Dibujo Técnico, si queréis) en la ETSIA. Conozco menos de su carrera de lo que me gustaría en este momento, pero sí sé que escribió y publicó varios libros de texto, uno de los cuales, Fundamentos Geométricos del Diseño en Ingeniería, se halla ahora sobre mi cama.

Este y otros libros son compendios completísimos de geometría, exhaustivos pero amenos, que me sirvieron a mí y a otros compañeros, incluso ingenieros de otras escuelas, para entender los difíciles conceptos manejados.

En cuanto a su labor docente, no puedo dejar de ensalzar su esfuerzo en hacernos comprender las complicaciones de la geometría proyectiva (que tiene muchas), usando ejemplos cercanos (la novia de Guadalajara le sonará a más de uno), insistiendo ante nuestro estupor... Un profesor cercano y amistoso, además de una autoridad en la materia.

Hace años mi profesor de matemáticas de primero, Ignacio Delgado, me dijo en el Metro, charlando de matemáticas: "Macho, es que Prieto sabe un güevo... Ya me gustaría a mí saber lo que sabe él".

Descanse en paz, Doctor Prieto.

Wooo wooo wooo

Total, que por una cosa u otra llevo un mes sin escribir, y sin embargo no dejo de recibir visitas. Y resulta que hoy me meto en materia  y veo que el día 17 de este mes se han visto ¡448 páginas de este blog! Y encima tengo un comentario de un alumno de la EIAE (Bolonia de mi carrera) en un post del año pasado.

Creo que la clave del éxito ha sido la caricatura de Fogeda, lo cual es normal, porque el Poder de Pablo trasciende toda expectativa.

En fin, ahora que estoy de vacaciones de Navidad na miña terra galega, iré actualizando algunas ideas pendientes. Un besote.