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miércoles, 21 de diciembre de 2016

Morri Crismas

En fechas tan señaladas, me dirijo a vosotros, mis lectores, con el fin de divagar sobre el sentido, la función y el significado de estas festividades. Ya desde que comienza diciembre y nos acercamos a las fechas, se leen mensajes en las redes (que no dejan de ser una pequeña burbuja muy centrada en sí misma, pero que por una cosa u otra coinciden también con una gran parte de mis relaciones sociales e intereses en España) de todo tipo: desde los que denostan la Navidad por ser un constructo cristiano hasta los que aceptan que lo sea y reprochan sardónicamente a la izquierda laica por disfrutar, hipócritamente, los festivos. Yo creo que ambos puntos de vista están equivocados.

Como todo el mundo sabe, celebramos (en casi todo el planeta) el nacimiento de Jesucristo nuestro señor el 25 de diciembre, aunque eso de que naciera el 25 de diciembre no está muy claro desde un punto de vista histórico (al contrario que en el caso de Newton). También celebramos sus dos semanas de bebé hasta que llegan los Reyes Magos el día 6, La Epifanía Del Señor. Resulta que por el medio está el Año Nuevo, ¿casualidad? No lo creo.

La Navidad, en mi opinión, tiene sus raíces en festividades paganas anteriores al cristianismo, basadas en los ciclos de las cosechas y el de las estaciones, que son poco más o menos el mismo. Así, cuando la noche más larga del invierno ha pasado, se celebra la llegada de la nueva luz, de un año nuevo. Las familias se reúnen a buen cobijo del frío y festejan con grandes banquetes, que es de lo menos cristiano que hay. Las costumbres del árbol de navidad, el acebo o el muérdago (esto último en países diferentes a España) me parecen una vociferante evidencia de una festividad previa (los celtas, germanos y nórdicos adoraban a los árboles en mayor o menor medida, como símbolos de Tor o del dios que fuese). También me parece interesante que el solsticio de invierno se celebraba en las comunidades precolombinas… en junio,en el hemisferio sur.

Por tanto, la misma Navidad se sostiene sobre celebraciones que son comunes a toda la humanidad, ya no de hecho sino en sí mismas: la gloria de estar vivos, de compartir el pan con los seres queridos, de ayudarse los unos a los otros a pasar la larga noche. Es, consecuentemente, la época de la caridad, de los regalos, del cariño y del amor. Y todo ello no es monopolio cristiano.

Obviamente, es una tradición que a mí me ha llegado como europeo del siglo XX, especialmente como uno cuyos padres fueron criados en un entorno y un país católico. Sin embargo, la Navidad significa más que la alegría por el nacimiento de Cristo. De hecho, lo que para mí, personalmente, significan estas fechas que me llenan de satisfacción si no de orgullo, es la ocasión de pasarlas con mi familia, con mis amigos de la infancia; de visitar los sitios en los que crecí y de repartir cariño y alegría. Puedo ser ateo, que lo soy (y no es algo de lo que haga bandera, simplemente es así), pero no estoy desprovisto de emociones. No creo que mi disfrute de la Navidad suponga más apropiación cultural que la que hizo la Iglesia con la Saturnalia, ni que haya algo malo en ninguna de ellas.

Asimismo, no creo que mi celebración personal esté reñida con el laicismo institucional: el Estado no debe posicionarse a favor de una religión, en tanto y cuanto tiene que ser representativo de todos los individuos que lo componen. Sin embargo, tampoco es lógico negar la evidencia de que esta festividad es parte inequívoca, al menos en el presente, de la cultura de España. Como yo, miles de no practicantes, agnósticos o ateos celebran la Navidad, apuesto a que por razones similares a las mías. Despojarnos de esos motivos emotivos porque no somos creyentes, aduciendo que sólo nos interesa el no trabajar, es un error.

¿Creo que los festivos nacionales podrían laicizarse? Sí. ¿Que podríamos en lugar de tener festivos nacionales, otorgar 12 o 14 días de vacaciones más al año, a la libre disposición del trabajador? Quizá, aunque desde un punto de vista puramente práctico sería interesante saber qué le supone al Estado la previsibilidad que otorgan los festivos nacionales (es decir, que la gran mayoría de trabajadores esté descansando a la vez). Pero ¿es necesario? ¿Es realmente una batalla que queramos librar el hecho de que el 25 de diciembre sea festivo? Yo creo que no. Aleguemos razones históricas o culturales para escoger la mera fecha de la festividad (ya que el disfrutar de ese tiempo, dondequiera que se situase en el año, es una cuestión de derechos sociales de los trabajadores. Si no hubiera ese festivo, habría que inventarlo), que en sí mismas, las fechas no tienen maldad o bondad. Y si, el día de mañana, la comunidad musulmana de España quiere celebrar el su propia fiesta, ¡bienvenida sea! De hecho, pienso que tener festivos que se deban a una minoría aumenta el reconocimiento de esa minoría en la sociedad, la acerca y la hace menos extraña, reduciendo la xenofobia y la hostilidad hacia ella. Y por tener un festivo más no iba a pasar nada (y si pasase, quitamos el día ese de agosto que no vale para nada porque todo el mundo está de vacaciones de todos modos).

No puedo terminar la entrada sin hablar de consumismo, que es otro de los males que aquejan y se le achacan a la Navidad actual. Pero dejadme que sea escéptico al respecto. No es que la Navidad no sea consumista, es que ¡todo es consumista! Hay rebajas en enero, en verano, en otoño y todo el resto del año, iPhone n cada año, Black Friday, el día del padre y de la madre (yo a mis padres los quiero todo el año, gracias), San Valentín, las súpervacaciones de verano y las de Semana Santa, teles de plasma, enormes centros comerciales como templos al consumo, mil mierdas que no necesitas… El consumismo navideño no es el problema, es un síntoma más de la sociedad capitalista en la que vivimos. Sin embargo, todo el consumo no es consumismo. No caigamos en la represión y en la tristeza, no nos neguemos las alegrías que proporcionan las cenas en familia, las fiestas, los regalos. La clave no consiste en prescindir de esas cosas, consiste en tomarlas en su justa medida. La templanza y la mesura son virtud, pero la obsesión puritana hace tanto bien al ser humano como el despilfarro decadente.

Feliz Navidad a todos. Que disfrutéis de vuestros seres queridos, que bebáis y comáis hasta hartaros, que riáis, que améis. No importa vuestro credo, esta es vuestra fiesta.

domingo, 11 de diciembre de 2016

La vida en Wiltshire


Este año estoy poco escritor, la verdad. Pero aquí sigo en la casa ("Seedwood Cottage") de Malmesbury, con Ben, Gareth, Farai y el gato Arkham. Farai se ha doctorado y se ha sacado el carnet, Ben me ha robado un calcetín sin darse cuenta y a Gareth, que es un robusto doctor de espesa barba roja, resulta que le dan miedo las pelis de miedo. Que se niega a verlas, vamos.

Además de esa gente, también congenio bastante con Good Tom Middleton y Jolly Juliet Luff, que vienen de cuando en cuando a jugar a juegos de mesa los martes por la noche (Aquí le llaman noche a lo que nosotros diríamos tarde, pero tiene sentido porque es de noche). Las dos últimas veces jugamos a uno que no es muy conocido, Cornish Smuggler, en el que tratas de pasar contrabando en Cornualles sin que te pillen las autoridades. Es un juego buenísimo y estoy pensando en adaptarlo a Galicia dalgún xeito; además, la última vez gané yo.

Luego está el grupo de escalada, que es bastante amplio (eso sí, 95% Dyson), y que está en constante expansión. Casi todos los miércoleas vamos a rocódromos en Bristol (y ocasionalmente a Swindon) y escalamos durante un par de horas. Además, con mi equipo de compañeros de trabajo he ido un par de veces. Cosas que organiza mi jefe de team building. Yo no me voy a quejar.

La semana pasada vino a visitarme Iris durante cuatro días, con eso del puente de diciembre. También se acercaron Elena Lledó y su novio Draz. Elena es compañera de la carrera de Iris, y estuvo trabaja ndo en Holanda y ahora vive en Londres con Draz, que es serbocroata holandés. La historia de Draz es bastante impresionante: entre otras cosas, acabó en Holanda porque su familia tuvo que huir de Yugoslavia durante la guerra de los Balcanes.

Con la agradable pareja y con un coche alquilado nos dimos otra vuelta por los alrededores, incluyendo las termas romanas de Bath. Estas constituyen un museo muy recomendable por lo detallado de las explicaciones además de por la propia arquitectura. Al contrario de lo que pensábamos, no se puede bañar uno. Si lo quieres hacer, has de hacerlo en otros establecimientos que, eso sí, usan la misma agua, al parecer.



El domingo estuvimos de visita por Malmesbury y otros pueblos de alrededor, como Tetbury o Nailsworth. Resulta que Malmesbury, como he descubierto recientemente, está dentro de una reserva natural (más bien un área de "Outstanding Natural Beauty"), llamada los Cotswolds. Es básicamente un conjunto de paisajes verdosos, pueblos de piedra y carreteras horribles. En Nailsworth había estado una vez con Gareth, que me llevó en coche para practicar (resulta que se sacó el carnet hace quince años y no se acordaba de conducir y ha tenido que ir a clases y todo) pero luego resulto ser una treta para llevarme a una pescadería buena y compró mejillones y los hizo para que cenásemos los dos. En Tetbury había estado en el Tesco.

Creo que ya he dicho alguna vez que los cementerios en este país son... diferentes

Jardín de la Iglesia de Tetbury. Hacía cerca de 0 grados...

...así que nos pasamos bastante tiempo en los pubs (The Old Bell, "el hotel más antiguo de Inglaterra")
El lunes trabajé, e Iris me esperó en casa para ir a escalar conmigo a Swindon. Allá nos fuimos (los dos solos, porque mis compañeros no se apuntaron) en nuestro coche alquilado por la carretera oscura como boca de lobo, tardando muchísimo por tal motivo. Pero luego escalamos unas cuantas paredes, e Iris comprendió que esté tan enganchado.

la seguridad es importante y por eso hay un extintor


Al día siguiente la llevé al aeropuerto de Bristol en el coche alquilado (que devolví en el aeropuerto también), y nos separamos con un nudo en la garganta. Aunque la Navidad ya está encima y me pasaré en Vigo de Nochebuena a Reyes, pero cada vez cuesta más la separación, ay...

Al llegar a casa después del largo retruécano necesario para venir de Bristol, me encontré con un inesperado regalo de Abel desde Budapest: un libro llamado What If? que responde a preguntas absurdas con gran rigor científico y una buena dosis de humor. Y me lo he terminado en cuatro días, y os lo recomiendo para pedir a los Reyes. 

Y por último, hoy me ha visitado Cerrolaza, amigo de la Escuela, que está trabajando en Bournemouth esta semana. Se ha cogido el coche desde allí vía Salisbury y Stonehenge y hemos comido juntos, tras un agradable y exhaustivo paseo por Malmesbury.

¡Otro día más!

P.D.: 

hay un señor que hace estas fotos en Malmesbury, al parecer

lunes, 17 de octubre de 2016

Whatever happened?

¡Hola! Sucede que llevo sin internet una buena temporada. Allá por el 26 de septiembre nos mudamos de casa: a mí me llevó dos horas, a Gareth dos días y a Ben una semana. Ahora vivimos en Seedwood Cottage, una casa preciosa, igual de venerable que la anterior y mucho más nueva en el interior. En esta, incluso tengo una habitación.

Además, en septiembre estuve lleno de eventos. El fin de semana del 9 estuve en Vigo para celebrar el sexagésimo cumpleaños de mi madre, el siguiente estuve en Birmingham con los covarrubios Diego (que vive allí) y Artista; el siguiente a este fui de viaje a Bélgica con los compañeros de la universidad. Y el fin de semana anterior al pasado vinieron Iris y su hermana a Mamsbri.

El cumpleaños de mi madre fue excepcional. Tuve que hacer una filigrana para llegar a Vigo, llegando a Madrid el viernes por la noche después de 7 horas de viaje (con numerosas esperas). Dormí en casa del inefable tío Cal por su cercanía al aeropuerto, aunque lo que se dice dormir dormí una hora, porque el resto de la noche la pasamos jugando a juegos viejos de la NES, bendito sea Cal. En Vigo estaban ya mi abuela Mimí y mis tías Lucía y Selica, que se quedaron hasta el lunes. El sábado aproveché para ver a los amigos y el domingo tuvimos el gran festín, con cientos de camarones, percebes, quesos asturianos y la de mi ma. Y la mi ma sopló las sesenta velas de un soplido y nos dejó a todos con la boca abierta. Mi madre es puro rock.

ojo a mi abuela grabando la jugada
ZAS
si no os digo que son sesenta...
El fin de semana en Birmingham estuvo muy bien. Lo pasamos jugando a juegos de mesa sin cesar, que es lo mejor que se puede hacer. También nos comimos una señora fabada el domingo, además de bebernos media botella de whisky escocés que tenía yo de una fiesta anterior. Además, paseamos un poco por Birmingham, que resultó tener bastante más encanto del que yo pensaba. Tanto Diego como mi padre (que estuvo hace 30 años, bien es cierto) me lo habían pintado horrible, ¡y no lo es tanto! Podría ser peor, podría ser Swindon. O Getafe.

os prometo que ni son novios ni nada

arriba: no Getafe

Me encantó ver a Diego y a Jaime y espero que puedan venir a Malmesbury a repetir, al igual que el resto de covarrubios. A Diego lo vi anteayer sábado en Bath con Zsofi y su madre (de él), aprovechando que estaban de visita; este año nos vamos a ver mucho, estoy seguro...

Lo de Bélgica fue un plan propuesto por Cristóbal allá por abril, que se encargó de organizar él solito. Se trató de viajar a las Ardenas, alojarnos en una casa rural, hacer turismo de la Segunda Guerra Mundial, beber cerveza belga y hasta hacer deporte. En mi caso, debido a que había comprado el billete antes de saber que estaría en Reino Unido, tuve que cogerme un par de días de vacaciones para viajar a Madrid y luego a Bruselas. No pasa nada, así Iris y yo fuimos a cenar el jueves.

El plan salió a pedir de boca. La casa era estupenda, la compañía excelente y de buen humor, el tiempo sorprendentemente bueno y la zona preciosa. El museo de la guerra de Bastogne resultó ser muy interesante y extenso, visitamos una abadía donde se hacía la cerveza Leffe (el museo era un poco reducido, pero las cervezas y el Chester donde nos sentamos eran tope de gama), nos montamos una cata de quesos y cervezas belgas y el domingo bajamos unos cuantos kilómetros en piragua. Incluso, algunas personas se mantuvieron cobardemente sobrias todo el rato. Es la mejor experiencia que he vivido con esta pandilla, y tengo muchas ganas de repetir el año que viene...


escondido entre los quesos protestantes hay un San Simón ahumado

Mira qué diazo 
El finde con las Astor fue genial también. Belén estuvo hasta el domingo e Iris hasta el martes, y yo me cogí dos días de vacaciones. Alquilamos un coche para poder movernos por la zona, y vaya si lo hicimos. Visitamos Bristol con el primo de ellas, Fon, que es Dysoneer también; estuvimos con Gareth y sus padres en Westonbirt Arboretum, un bosque protegido precioso; visitamos las construcciones neolíticas de Avebury y Stonehenge, que no sólo son interesantes en sí sino que están en sendas áreas naturales preciosas; seguimos el río Avon hasta Salisbury de maravillosa catedral y medievales casas y hasta la hermosa Bath; amén de pasear por el bonito Malmesbury. Para colmo, nos hizo un tiempo tan bueno como lo tuve en Bélgica, o mejor.

viendo Bristol desde lo alto con Fon

en Stonehenge de guiris 
y para que veáis que en este país hay sol. A veces.
Así que eso. Por lo demás, en el trabajo bien, ya asentado y en mitad de mi tercer y último mes de prueba. Echo de menos a Iris un montón, como era de esperar; mis compañeros de casa son geniales y gracias a ellos tengo muchos conocidos y planes de ocio; este jueves la gente de mi equipo vamos a escalar todos juntos y me estoy acostumbrando a cenar pronto. Un besote.

domingo, 4 de septiembre de 2016

Dyson (II)

El viernes terminé mi cuarta semana en Dyson y no podría estar más contento. Estoy participando en varios proyectos, hasta que terminen mis primeros tres meses de "induction", y aún familiarizándome con ensayos, gente a la que pedirle las cosas, productos...

En mi equipo  somos cinco personas: Misael y Matty, de los que ya os he hablado un poco, Andy, Stu y yo mismo. Andy es el jefe del equipo y lleva dieciséis años en la empresa, nada menos. Stuart es como Misael, ingeniero "avanzado" (o sea un rango más que yo). Andy y Stu me entrevistaron en primavera, tanto por Skype como cuando vine a Malmesbury en persona. En ambas ocasiones Andy llevó el peso de la conversación y Stuart no abrió la boca... pues ahora no la cierra. Habla muchísimo y a toda velocidad, es muy amistoso y dicharachero y me está ayudando muchísimo. Me da un montón de información, me explica cómo funcionan los tests y se asegura de que tenga todo claro. Además lo hace siendo cercano, no como si fuera simplemente su tarea. Es un gran tipo.

En cuanto a Andy, que tiene 38 años y dos hijas gemelas de cinco, es muy jovial y relajado. Es casi como si no fuera un jefe. Al principio me costaba horrores entenderlo, porque habla para el cuello de la camisa, y como todos los británicos y al contrario que los andaluces, se salta la mitad de las vocales. O bien he mejorado mucho o se dio cuenta de que no me enteraba de la misa la media y se esfuerza más, pero el caso es que ya me aclaro con él. Excepto cuando vamos a comer y se pone a contar anécdotas y ya renuncio a entenderlo, macho.

Siento que he aprendido ya mucho en este mes escaso. Los procesos de ensayo, por ejemplo, están estandarizados. Típicamente, los ingenieros piden un hueco en el laboratorio y un técnico para que los realice varias veces. El primer test lo supervisamos, para asegurarnos de que lo hacen bien pero también de que no hay ningún problema con el prototipo o cosas del estilo. Yo en concreto me quedé un día entero con Paul, un técnico cincuentón que lleva la tira en Dyson y que se va a jubilar en Murcia, para enterarme mejor de los detalles del proceso. Hay que aprender mucho de los técnicos. Además es bueno ser cercano y ganarse su confianza, como bien nos contaba Pablo Rodríguez de Francisco en la asignatura de Sistemas de Producción, ya que el característico aire de superioridad de los ingenieros puede granjearte enemistades con ellos y con eso no gana nadie.

También me ha tocado hacer bastante trabajo de escritorio. En concreto, un estudio sobre una de las aseveraciones sobre productos Dyson que lanza el equipo de Marketing. Se trataba de comprobar cuán veraz era esa afirmación, para lo que tuve que bucear tanto en internet como en los archivos de la empresa minando datos que nos proporcionasen contexto y pruebas. Y luego explicarlo en una presentación de Power Point, que gracias a mi experiencia como consultor me granjeó la enhorabuena de mis compañeros y de Jess Middlemiss (por cierto que es un apellido divertidísimo. Hay también un Hardyman y un Tom Middleton), la jefa de Andy. Ahora habrá que ver cómo lo entienden la gente de Marketing y Legal, que al no ser ingenieros, pues son semipersonas.

Empiezo a comprobar lo que me había contado Fon, el primo de Iris que también trabaja en Dyson, de que aquí (en Inglaterra) se trabaja de forma distinta: si eres un vago, puedes seguir siéndolo tranquilamente, pero sin ascender. Ahora, si quieres llegar a algo, prácticamente tienes que ir pidiendo el trabajo, demostrar muchíiiisima más iniciativa que en España. Es decir: puedes estar en un par de reuniones sobre un tema, te piden algo al respecto y ya piensas que estás metido en el proyecto, y de repente te enteras de que ha habido otras tres reuniones y no te han avisado. Y sin embargo, si pides asistir a la reunión, no te dicen "no estás convocado" (a no ser que sea uno de los proyectos secretos), te dejan ir, no vaya a ser que puedas ser de ayuda. O si te acercas a un equipo y les dices "no tengo mucho curro, deja que te ayude" pues no te miran como si fueras de Marte. Te explican educadamente e incluso te sientes como si te estuvieran pidiendo responsabilidades. Pero luego no, si lo quieres lo haces y si no no pasa nada. Es algo extraño, pero divertido.

Ah, por cierto que lo del caza en la cafetería es verdad. La última vez alguno no se lo creía:

imagen de http://gizmos.androidomg.com/2016/05/our-hq-in-malmesbury-uk-has-been.html

sábado, 20 de agosto de 2016


Hoy, a mediodía, ha fallecido mi abuela paterna, Antonia Cuadrado. Cumplió 91 años el pasado 4 de agosto, cumpleaños en el que no pude estar, así como tampoco podré asistir a su funeral. Me queda el agridulce recuerdo de este julio de hospital y estos años de residencia... Pero no, me niego a acordarme sólo de eso, me obligo a pensar en la inefable señora de la calle Camelias, en la dicharachera profesora de literatura que estudió con Lázaro Carreter en los tiempos en que las mujeres se dedicaban a sus labores, en la elegante viuda que me paseaba por Vigo y por Samil hace cinco lustros . En la cariñosa abuela que preparaba estupendas meriendas para sus nietos, incluso cuando su salud ya no le permitía degustar los manjares de su Salamanca natal. En el cuchillo del pan, el Trinaranjus, las dedicatorias de Camilo José Cela, en los regalos de Navidad escondidos bajo la mesa camilla, el agua helada, las lentillas de cerca y las de lejos sobre unos inquisitivos ojos color turquesa, el sentido del humor, los cigarrillos Fortuna, todos los pequeños detalles de su vida. En el tremendo orgullo que siempre sintió por su familia, carnal y política; la confianza ciega en que todo lo que hiciésemos estaría bien para nosotros y la insólita tolerancia que demostró con todos nosotros.

Descansa en paz, abuela.

domingo, 14 de agosto de 2016

Dyson

Ya ha pasado mi primera semana trabajando para Dyson. Aunque trabajar, lo que se dice trabajar, no ha sido mucho, ya que estos días los he dedicado sobre todo a las induction sessions. Esto es, a las charlas introductorias, paseos por las instalaciones, sesiones de seguridad y salud... Todo un jaleo. A las primeras asistieron ingenieros como yo junto a gente con otro tipo de empleos, ya fuesen de administración, finanzas, marketing... En estas sesiones comunes nos contaron un poco de la historia de la compañía, los productos que ofrece o lo guay que es James Dyson. Que realmente es un crack: la compañía es exclusivamente suya, y tiene un beneficio anual de ¡casi 450 millones de libras!

Lo primero que nota uno en Dyson es la obsesión con la seguridad. Por eso no puedo describir las instalaciones o procesos como me gustaría, ya que aún me gustaría más conservar el empleo. Tampoco puedo sacar fotos en las instalaciones, ni traerme documentos a casa, ni cosas así. Hay que pasar la tarjeta para cruzar la mitad de las puertas en tu camino, siempre has de llevar esa tarjeta al cuello y no tiene ningún motivo o adorno que la haga reconocible, salvo la cara del portador. De este modo, si se extravía y algún malintencionado la encuentra, no sabrá a dónde puede acceder con ella, en el supuesto de que sepa que es de Dyson. Porque además, según tu puesto de trabajo hay puertas a las que no puedes acceder.

Lo segundo que nota uno en Dyson es lo enorme que es, y que funciona como un campus (de hecho lo llaman así a veces): hay alrededor de mil ingenieros de entre 20 y 40 años de múltiples especialidades, la mayoría británicos pero con unos cuantos españoles. Casi todos estos ingenieros trabajan o bien en Desarrollo, que es donde estoy yo, o bien Innovación/Investigación, de carácter súper secreto; tanto que yo no sé qué proyectos hacen. En Investigación (propiamente Research) trabaja Gareth, así como otros varios personajes de Mamsbri que he ido conociendo a lo largo de la semana. De mis otros compañeros, Farai y Alex trabajan en Desarrollo de nuevos productos, igual que yo; Ben es el único que no es ingeniero y trabaja en otro tipo de oficinas (aunque en el mismo edificio). Me los encuentro de cuando en cuando, ya que estoy todo el rato de aquí para allá.

Entre sesión y sesión, tengo ratos con mi equipo, Sistemas de separación o "Sepsys". Mi superior y otro compañero están de vacaciones, así que por ahora he tratado con Misael Furon, francés, y Matty, "I'd go with 'British'" como dice él. Misael está un rango por encima y Matty uno por debajo; aunque, claro, lleva mes y medio en la empresa y es él el que me ha instruido en varios procesos de pruebas que estamos llevando a cabo. He ayudado un poco, he conocido a mucha gente, he hecho muchas preguntas y sobre todo he tratado de grabar en mi mente tanta información nueva.

En Dyson tienen un taller para madera y plásticos y otro para metales. Tienen cámaras de control climático para hacer pruebas en determinadas condiciones de temperatura y humedad. Tienen un equipo completamente dedicado a hacer Mecánica de Fluidos (CFD incluido) y otro a Análisis Estructural. Tienen un presupuesto para I+D enorme, que permite probar las ideas con facilidad, construir prototipos, realizar todo tipo de ensayos, modificaciones... Tienen una plantilla creciente de gente joven, inteligente y de la que hay muchísimo que aprender, tanto que abruma. Tienen grupos de escalada, yoga, ciclismo de pista y de montaña, entre otros. Tienen una página web interna con documentación generada por sus propios ingenieros, a la que puedes acudir en caso de necesidad. Tienen un avión de combate en el parking y otro en el comedor.

Así que sí. Doing well.





P.D.: Gareth es doctor en Burbujas. Y también he conocido a un doctor en Corazones y a una pareja que se hacen llamar Weasel y Frog ("Comadreja" y "Rana").

P.P.D.: Detalles aburridos: ya tengo teléfono (el whatsapp sigue siendo el mismo) y cuenta bancaria y a final de mes me darán el número de la Seguridad Social británica, el NIN.

domingo, 7 de agosto de 2016

Mamsbri

El jueves llegué a Malmesbury pasada medianoche. Adrián el vikingo me recogió en el aeropuerto de Bristol y me trajo en su coche, y por ese inmenso favor se ganó un paquete de jamón y una botella de Rioja, que es de recibo ser agradecido. El vuelo fue muy bien, pese a unas turbulencias bastante violentas cuando debíamos estar sobre Bretaña o así; le cedí mi asiento de ventanilla a una niña llamada Carlota, cuyo padre, inglés asentado en León, me dio mucha conversación durante el viaje. En el aeropuerto nos despedimos afectuosamente y me deseó mucha suerte en esta empresa.

Ben Burston nos esperaba en la puerta de Abbey Row 27, la inmensa vivienda centenaria en la que viven cuatro trabajadores de Dyson: el mismo Ben, que es technical writer y escribe manuales para que la gente de atención al cliente pueda atender al cliente; Gareth, doctor ingeniero de espesa barba roja; Farrai, un chico negro del que no sé mucho por ahora; y Alex, un becario de 20 años que aparenta muchos más por su madurez. El otro habitante de la casa es el gato Arkham, que es un poco cabrón pero cariñoso.

PURRR
Ben, que pasaría fuera el fin de semana, me enseñó la casa brevemente, incluyendo el armario bajo la escalera que será mi cama improvisada durante una temporada de al menos una semana. Después, he de ver si busco algún otro lugar, o uso un sofá cama de los varios que hay por el caserón, o qué. La verdad es que el cuarto de Harry Potter da pena verlo, pero sólo lo uso para guardar mis maletas y dormir. Porque hacer cualquier cosa más es imposible:

espero que cualquier día me llegue una carta de Hogwarts
El viernes me levanté cuando ya todos se habían marchado al trabajo. Desayuné lo que pude  antes de salir al banco, a comprar adaptadores de enchufe y algo de comida. En el banco me dieron cita para el próximo viernes, por razones que no alcanzo a comprender, para abrirme una cuenta inglesa. Con los asuntos acuciantes resueltos, me volví a casa, donde comí después de pasar un rato pendiente de emails y temas similares. Por la tarde, fregué solidariamente unos cacharros del día anterior y pasé la primera aspiradora Dyson que llegaba a mis manos, que me costó un poco comprender porque tiene múltiples modos de operación. Sin embargo, una vez entendido el funcionamiento, la verdad es que funciona guay.

Más adelante, me di un paseo por Malmesbury, por zonas que no había visitado la ocasión anterior (cuando fuimos Iris y yo para mi entrevista). El día, por cierto, estaba estupendo, y me sobró el jersey que me había llevado por estar la casa un tanto húmeda. Este pueblo es precioso, tiene muchísimo patrimonio tanto arquitectónico como natural en forma de múltiples jardines. Me di un paseo por un tal Conegry Mead lleno de ortigas que resultó bastante agradable, aunque no vi ni un solo animal divertido.

la abadía de Malmesbury vista desde atrás

un jardinzuelo que queda detrás de nuestra casa
Fue después de este paseo que me encontré a Gareth y a Alex en casa. Resulta que Gareth trabaja en el equipo de igual nombre que el mío (Separation Systems, Sistemas de separación), pero mientras que yo trabajaré para el departamento de Desarrollo, él lo hace en el de Innovación. En cuanto a Alex, es un chico de origen canadiense y peruano, que ha vivido en mil sitios, y que es muy majete. Me prestó un cinturón, que los míos se me han olvidado, cuando nos fuimos al pub a tomar unas ales.

En el pub conocí a aún más ingenieros de Dyson, entre otros otro becario llamado Magnus que me recuerda a mi amigo Abel, y con el que he quedado en ver las Perseidas en unos días.  Era ya noche cerrada cuando Gareth y yo volvíamos a casa a la loca hora de las 11. Después de ver un cacho de "The Thing" (la peli de John Carpenter) con Alex y Magnus, que habían vuelto antes, me fui al sobre en mi curruncho.

Al día siguiente, el sábado, me recogió Fon, el primo de Iris, para llevarme a Gales a la playa. Fuimos charlando alegremente todo el camino: del trabajo, del alojamiento, de Iris, de su novia Marta que ha conseguido cambiar de trabajo... A la hora y media llegábamos a Barry Island, que está a media hora de Cardiff, y de nuevo tuvimos un día sorprendente para lo que es este país:

el agua estaba en Inglaterra
El día transcurrió tranquilamente. Nos hicieron compañía tres amigos de Fon; una chica que vive en Cardiff y una pareja que vive en Swindon, todos ellos españoles (de Burgos, Montilla y Ronda). El chico de esta pareja es ingeniero en Dyson, también. Me bañé, añadí la décima playa al verano, vimos numerosas musulmanas de diferentes tonalidades bañarse vestidas (chicas musulmanas: no os dejéis engañar! Hay que sentir el agua del mar en la piel), me dio bien el sol y a última hora vino un bloque monolítico de nubes que echó a todo el mundo de la playa. Eran las siete cuando cogimos la carretera de vuelta, de nuevo amenizada por la conversación. A eso de las nueve entraba en casa a tiempo de unirme al visionado de Whiplash con Gareth, Alex y Magnus.

En el sentido de las agujas del reloj: yo mismo, Edith, Fon, Javi, Marta
Hoy me he levantado tardísimo, pero he dormido en el sofá cama de la llenísima biblioteca de Ben. Y lo más reseñable del día son las tortillas de patata (con cebolla una y con chorizo otra) que preparé para Gareth y Alex, y que nos hemos comido a la loca hora de las 7 de la tarde. Mañana es ya mi primer día en Dyson... ¿Qué me esperará?

miércoles, 3 de agosto de 2016

Galifornia

Desde hace unos años se da en llamar Galifornia a las Rías Bajas de Galicia, por su similitud con la Costa Oeste americana. Y esta similitud no es inventada, es bastante cierta, como veréis a continuación. Estas vacaciones me propuse visitar el máximo número de playas posibles, lo cual puede parecer una obsesión pero que, oye, me permitió aprovechar al máximo los días. En orden cronológico:

Playa 1: Bouzas

El primer día de vacaciones fuimos Iris y yo a Bouzas, un barrio en las afueras al oeste de Vigo. Lamentablemente y debido a la zona franca de Citroën, la playa no es gran cosa, pero nos quitamos las ansias de sol, arena y agua salada.

al fondo, la iglesia donde se casaron Laura y Manu
Playa 2: A Ladeira

A Ladeira es donde siempre vamos Iris y yo, porque le queda a dos minutos de la casa de veraneo. Desde hace unos años no retiran las algas por la mañana y el ecosistema ribereño ocupa toda la playa, incluyendo numerosos peces de tamaño considerable. Este año, como otros, fuimos varias veces.
Montelourido desde A Ladeira
Playa 3: Samil

Un día, antes de comer, mi madre y yo nos dimos un largo paseo por la famosa playa de Vigo, que tiene mala fama entre los locales no sé muy bien por qué y que cuenta con unas bonitas vistas.

Silbo rockabilly en mi pitagol; el cielo azul, y brilla el sol.

Olas en el mar, y en el Sanyo Radio Popular
Playas 4 y 5: Baja Galifornia

Un día de esos nos hicimos una escapada a Portugal, nos cogimos un hotel y disfrutamos de las amplísimas playas de Esposende y Apulia, así como de la gastronomía portuguesa. Estas playas dan al Atlántico abierto y encima sopla el viento terriblemente, así que... no nos bañamos.

la infinita costa portuguesa en Esposende
Playa 5: Playa América

Una de las playas más grandes de la zona, Playa América acaba donde empieza Panxón. Es una zona muy típica de veraneo de la gente más holgada de Vigo, y en ella se organizan unas grandes hogueras en San Juan. Me di un baño y un paseo antes de ir en busca de Iris a A Ladeira.

panorámica de Praia América-Panxón
Playa 6: San Pedro (Asturegón)

Mención honoraria a una playa de Oviñana. Fui dos días a Asturias para ver a mi familia antes de marcharme a la pérfida Albión, y debieron ser los únicos que hizo bueno. Así que me di un par de baños en el Cantábrico.

panorámica de San Pedro de la Ribera, Cudillero
Playa 7: O Vao

O Vao es la playa a la que iba siempre de adolescente, con los amigos. Es muy amplia y profunda, con lo que siempre hay sitio para las pandillas. Lamentablemente, de esta playa no saqué una foto. El día estaba un poco nublado y no me bañé, para mi vergüenza.

Playa 8: Area de Bon

Area de Bon es una de mis playas favoritas. Está ahí ahí con la de Rodas de las Cíes, y me trae muchos buenos recuerdos de mi infancia con mi amigo Javier Cerviño. A él y a su familia fuimos a visitar a su casa de Beluso, y nos dio tiempo a dos chapuzones en las gélidas aguas de la Ría de Aldán.

panorámica de Area de Bon
Playa 9: Mourisca

Ese mismo día, después de la opípara mariscada preparada por el inefable Román Cerviño y disfrutar de la excelente compañía, nos bajamos a esta playa, también en la Ría de Aldán. Es más pequeña y estaba abarrotada, pero mirad qué agua!

Mourisca
Bonus: la poza de Chaín

Mi último día en Vigo lo pasé con los amigos en Chaín, cerca de Gondomar, y me llevaron a una recóndita poza de aguas transparentes, donde sólo da el sol a partir de las cinco de la tarde. Buena para nadar, para meditar o para besarse con la pareja:

no hay que irse lejos para encontrar parajes naturales

Cómo no lo voy a echar de menos...


Si queréis ver más maravillas galifornianas, haced clic en las etiquetas "Galicia" o "Daquidarría".

lunes, 25 de julio de 2016

"Me quiero ir", dice con un hilillo de voz temblorosa. "Me quiero ir, pero no sé cómo". Y baja la cabeza, alicaída. Ha perdido las ganas de luchar, cada vez hace más preguntas para saber si todos están bien, para saber si la familia está unida. Los esfuerzos para hablar de lo nuevo y de lo antiguo, de lo propio y de lo ajeno, de Gabriel García Márquez o de la situación en Inglaterra, caen en saco roto. "Yo me quiero ir", repite débilmente. No quiere ser una carga, y los despacha a todos, diciendo que no se queden, que han hecho bastante. Un acto de generosidad sin fuerzas cuando siente que ya no quiere sentir más, cuando se da por vencida. Le arrancas una promesa a regañadientes de que os veréis en poco tiempo, la siguiente vez que vengas, para el cumpleaños de mamá, hasta septiembre, ponte buena, un beso.

Al salir del hospital, tienes más interés que de costumbre en buscar el lado soleado de la calle, en demorarte unos instantes en el mirador desde el que se ve el mar de azul brillante, en caminar despacito saboreando el aire de un julio espléndido. A modiño, respirando hondo para quitarte el nudo del estómago.

No te vayas todavía.

lunes, 18 de julio de 2016

Brenzit

El 8 de agosto empiezo a trabajar para Dyson en Malmesbury, Wiltshire, Inglaterra. El puesto se llama "Ingeniero de Sistemas de Separación" y se encuadra en el departamento de Diseño. Voy a trabajar en desarrollo de productos como aspiradoras, secamanos, ventiladores y similares, diseñando las partes que separan el polvo del aire, al menos al principio. Malmesbury (se dice "Mamsbri") es un pueblín muy mono, con bastante patrimonio medieval, a unos 40 minutos de Bristol. En principio viviré allí hasta aclimatarme a la empresa, y luego me planteo mudarme a Bristol, que se conoce que tiene mucho que ofrecer a nivel cultural y eso.

Aspiradoras de ciencia ficción (imagen de Dyson)
Todo el mundo pregunta, con razón, qué será de Iris: si se viene conmigo, o qué. Por ahora, ya que está muy bien en su estudio, seguirá con ellos. Ya habrá tiempo en el futuro de pensar en cambios. Al final será parecido a estar de Erasmus, o parecido a cuando ella se fue a la India. Viajaremos a menudo, tanto el uno como el otro, y mantendremos nuestro pisito de Malasaña, en el que espero dormir uno o dos fines de semana al mes.

Muchos ya sabéis lo mucho que yo quería tener la experiencia de la vida en el extranjero; en la universidad intenté muchas veces conseguir una Erasmus, y al terminar busqué prácticas fuera... Ahora, por fin, lo he conseguido.

Por supuesto, el Brexit me ha fastidiado bastante, entre otras cosas porque ya no es tan halagüeña como antes la perspectiva de ganar un sueldo en libras, pero supongo que las cosas irán bien. No tengo miedo a los racistas, no creo que Dyson deje que sus numerosos ingenieros forasteros se queden sin visado y no creo que tenga problemas burocráticos al ocupar un puesto cualificado y pagar bastantes impuestos. This is fine.

Como supongo que pasaré muchas tardes en Malmesbury, creo que aprovecharé para escribir más. Os mantendré informados.

martes, 12 de julio de 2016

Agustín Fernández Paz

da Wikipedia galega
Hoxe morreu o meu mestre Agustín Fernández Paz, prolífico escritor de literatura xuvenil e profesor, durante varias décadas, de lingua e literatura galegas. A nosa xeración de alumnos do IES Rosais II tivo a sorte de estudar baixo as súas ensinanzas en cuarto de ESO, pero eu coñecín a Agustín anos antes, cando vivía no meu mesmo edificio e a miña nai nos levou á miña irmá e a min a pedirlle que nos adicara "Contos por palabras". "Para Enzo e Constanza, que van ser uns lectores estupendos", asinou.

Pola miña experiencia, Agustín era ante todo unha boa persoa. Lémbrome dunha ocasión na que eu estaba a debuxar garabatos (claro) no meu libro de galego, e el o viu pero no canto de enfadarse admirou os meus debuxos, dicindo que o facía moi ben. A xenerosidade e sinxeleza de Agustín déronme tanta vergoña que non deixei de atender ó resto das súas leccións no que quedaba do curso. Nunca, nunca lle escoitamos unha palabra máis alta ca outra, nunca perdeu os nervios, sempre tiña boas palabras para connosco.

A última oportunidade de interactuar co mestre foi a través do Twitter, que usaba con elegancia para pór de relevancia as inxustizas da sociedade actual. Gracias á rede social puiden felicitar o seu derradeiro aniversario: uns 69 anos que son cruelmente escasos para unha persoa do seu calado, literario e humano.

Descansa en paz, mestre. Non te imos esquecer.

jueves, 16 de junio de 2016

Se llamaba Jo Cox

Hoy han asesinado a una diputada laborista británica, presumiblemente por ser una buena persona que apostaba por permanecer en la UE y tendía la mano a los inmigrantes.

El cerdo que la ha asesinado gritaba Britain First! mientras le disparaba. O sea, que le disgustaba que los inmigrantes tuvieran derechos y acceso al Reino Unido, y por eso le parecía bien matar a una mujer inocente. Espero que no tengamos que vivir lo mismo en España para que nos demos cuenta de la aberración que supone la retórica xenófoba y los extremos a los que conduce.

Se llamaba Jo Cox.

viernes, 15 de abril de 2016

I am the luckiest


El miércoles me ascendieron. Concretamente, dejé de ser ingeniero junior para ser ingeniero consultor, lo cual supone una pingüe subida salarial, y una serie de responsabilidades adicionales que, de acuerdo a la costumbre de everis, ya he demostrado en algunas ocasiones, y que ahora serán parte manifiesta de mi cometido. Evidentemente, ¡estoy contento! Mis jefes me valoraron muy positivamente, mejor de lo que yo valoraba mi propio desempeño. Esto supongo que es algo bueno, porque significa que soy más exigente de lo que son mis superiores, y por tanto no fallaré siempre y cuando me mantenga avizor.

Además, desde febrero trabajo a las órdenes de una compañera que es buenísima, organizada, paciente y segura, que es un lujo tener como jefa de proyecto. Parece que voy a poder aprender mucho de ella; ya lo he hecho en estos dos meses y poco. Una cosa que valoro mucho en mis compañeros "suboficiales" por así llamarlos (jefes de proyecto, que aún no son gerentes pero como si lo fueran) es la seguridad que tienen y transmiten para tomar decisiones o hacer planes. Su experiencia les permite una firmeza que da confianza en ese momento y hace que quieras desarrollar la tuya propia en el futuro.

Iris está también muy a gusto en el estudio de arquitectura House Ham Henderson Cooper. Por lo que me cuenta, está ganando en responsabilidad, se trata con clientes y socios internacionales de manera habitual y ayuda a sus compañeros con dificultades técnicas. Le encanta lo que hace y parece que, como diría mi jefe, "tiene recorrido en la casa".

Ahora está dormida en las butacas, pero pronto podrá dormir la siesta en un sofá que compraremos sin preocupaciones, en parte gracias a la subida.

A las nueve tengo yoga, al que llevamos apuntados desde noviembre y que nos sienta estupendamente. Tanto al salir de la clase despejado como a largo plazo, en lo saludables y fuertes que nos sentimos.

En agosto tenemos la boda del bueno de Luis Reguera, Fols, en las montañas de León. Espero con ilusión ese día en el que la misma Vuelta a España coincidirá con nosotros, contra todo pronóstico, en los alrededores de Boñar.

En septiembre iré con los amigos de la escuela a las Ardennes, en Bélgica, a pasar un fin de semana.

Y en diciembre, quizá vayamos Iris y yo a otra boda, esta vez en la India.



I am the luckiest.

lunes, 21 de marzo de 2016

Por quién doblan las campanas

imagen de library.sc.edu
En febrero leí, de un tirón, al señor Hemingway en Por quién doblan las campanas. Para quien no lo sepa, se trata de una novela ambientada en la guerra civil española, cuyo protagonista es un americano que combate junto a las Brigadas Internacionales, Robert Jordan. Jordan traba trato y trabaja con un grupo de guerrilleros de la Sierra de Guadarrama, cerca de Navacerrada. El abultado volumen describe unos pocos días de convivencia de Jordan con los guerrilleros, todos ellos españoles, previos a la voladura de un puente que es la misión que aquel ha acudido a cumplir.

El relato guarda ciertos paralelismos con la vida del propio Hemingway, que también fue un americano venido a España en tiempos de guerra, si bien como corresponsal. A través de su protagonista, Hemingway expresa su propia experiencia de primera mano en lo que era nuestro país hace ya casi cien años. A Hemingway le encantaba el toreo, como se puede ver en su novela Fiesta, y a Robert Jordan también; además algunos de los personajes tienen lazos con el mundo del toreo o bien lo traen a colación con frecuencia.

La descripción que hace la novela de la España de los años 30 no sé si es completamente veraz, pero desde luego es algo que todo español debería leer. Y no lo digo porque salgamos muy guapos, ni por lo contrario. La valoración moral de cada personaje es independiente del bando al que pertenezca, lo cual es un evidente acierto, y el carácter español es tan ácida pero cálidamente retratado desde los ojos de un extranjero que uno no puede menos que enternecerse extrañamente ante ello.

En la cuadrilla que coexiste con Jordan hay gente noble, cobarde, astuta, simple, ambiciosa, humilde, pesimista y optimista, variedad igualmente presente en el resto de personajes descritos en la novela. Lejos de encumbrar al bando republicano, con el cual al parecer se alineaba Hemingway mismo, se relatan dos sucesos de asesinatos por parte de aquel que a ninguna persona con principios le pueden parecer de recibo.

Y sin embargo, los personajes, paisajes y situaciones son relatados con sencillez y ternura. La idiosincrasia española se desgrana con un cariño que hace a uno sentirse, curiosamente, orgulloso de su país:

Ella había dicho la gloria. "Eso no tiene nada que ver con la gloria en inglés ni con la gloire, de que los franceses hablan y escriben. Es algo que se encuentra sólo en el cante jondo y en las saetas. Está en el Greco y en San Juan de la Cruz..."

Señores preocupados de que sus prójimos amen a España: regálenles a Hemingway el próximo día del libro.


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Por cierto que adquirí el ejemplar que leí hace un par de años o tres, en el establecimiento que entonces se llamaba "Libros libres" y que ahora se llama Tuuu Librería, que es un nombre peor, en mi opinión, pero bueno. De aquella, podías llevarte (o donar) cuantos libros quisieras, simplemente con tal de que en el libro se sellase la inscripción "Este libro es libre: No se compra · No se vende". Nació de la necesidad de deshacerse de libros de difuntos, bibliotecas desmanteladas y cosas así, y originalmente sus trabajadoras eran voluntarias.

sábado, 12 de marzo de 2016

Comida de hoy: ensalada de salmón y pera

Con lo poco que escribo últimamente, también hacía tiempo que no hablaba de comida. Desde diciembre, he vuelto a cocinar con cierta asiduidad, pero había perdido el interés por compartirlo. En fin, hoy no es así. Hoy hemos hecho una sencilla ensalada con tomate, lechuga y una rodaja de salmón, que se me ocurrió complementar con una pera. Luego, a sugerencia de Iris, le añadimos sésamo, y por último nueces. Y aunque a mí no me gusta demasiado el vinagre, esta vez me pareció que le sentaría bien un chorrito de Módena.

dorando el salmón y tostando el sésamo

tres tomates raff, una pera, una rodaja de salmón a la plancha y una cucharadita de sésamo
 
lechuga, aceite y vinagre al gusto
Como el salmón es grasiento de por sí, decidí no echar mucho aceite ni otras grasas como queso o aguacate, que son típicas aquí en casa Garabastor.

Y eso.

sábado, 13 de febrero de 2016

Gospel

Decía Bruce Lee hablando del Jeet Kune Do, el arte marcial que desarrolló: "usa sólo lo que funciona, y tómalo de cualquier sitio donde lo encuentres". Él lo decía en el contexto de las artes marciales, pero, apropiadamente, me vale a mí para entroncar la filosofía de vida que he ido desarrollando hasta el presente.

Esta máxima tiene dos caras: el desprenderse de todo lo que no es la parte principal de una ideología, religión o paradigma moral; y el deshacerse de prejuicios acerca del origen de una idea, virtud o valor. En el primer caso, significa que no me interesa seguir rituales, dogmas o tabúes de ningún tipo de ideología (voy a usar este término para referirme a religiones y filosofía también) en particular. En el segundo, que del mismo modo no tengo por qué prejuzgar a una ideología en particular por sus rituales, dogmas o tabúes, y que detrás de estos se pueden encontrar verdades o al menos ideas que son ciertas para mí. El hecho de que muchas ideologías coincidan en ciertos valores, simplemente, habla de la universalidad de estos valores.

Por ello, y sobre todo en los últimos 10 años (en los que he comenzado mi vida adulta, fuera de mi casa y mi ciudad, he convivido con gente de muchos sitios y he empezado a trabajar), he encontrado ideas o valores que he hecho míos en sitios tan diversos como la Biblia, la película Jesucristo Superstar, las canciones de Rosendo Mercado, películas de Hollywood, las palabras de un hindú desdentado en Benarés, la obra de Herman Hesse, La sombra del ciprés es alargada de Miguel Delibes, los tuits del Dalai Lama, la Crítica de la razón práctica de Kant, y por supuesto discusiones con mis amigos, mis suegros, Iris y mis padres.

El Dalai Lama está ahí ahí con mi abuela Mimí en el ranking de octogenarios modernos
Mis conclusiones son muchas, algunas a medias y todas muy difíciles de explicar porque son bastante abstractas, pero creo que son intuitivas. Por ejemplo, lo que más mola del cristianismo es el concepto del amor y el perdón (basado en este amor).

Antes de que mis lectores más anticlericales se pongan nerviosos, tengo que recordar las palabras de Sabina en Como te digo una co te digo la o: "no hay que ser muy lista; pa mí Jesucristo ¡el primer comunista!". De las (comúnmente aceptadas) enseñanzas de Cristo a lo que es hoy en día el complejo episcopal hay todo un mundo, aunque esto no tiene que servirle a uno para precisamente pecar de ignorante y tomar a todos los cristianos por crédulos, faltos de criterio o hipócritas, o lo que quiera que se les achaque comúnmente. Cada persona es un mundo y ser cristiano es como ser heavy: hay quien lo es, hay quien no lo es, si lo eres vas a hacer gestos con los dedos a un tío que canta y si no, no tienes por qué prohibírselo. Once años conviviendo con una católica, por supuesto, han hecho que mi punto de vista a este respecto cambie, cómo no.

El amor por todas las cosas así como el amor a la humanidad en todos, es algo común al credo cristiano, a la socialdemocracia, al budismo y a Kant, por poner unos ejemplos. El amor es la razón última del perdón, la justicia, la tolerancia, la generosidad y la curiosidad (amor por las cosas nuevas), pero también del orgullo, el esfuerzo, el honor, la unidad y la paz.

El amor, bien entendido, también es hacia uno mismo, pero precisamente por amarme a mí mismo trato de ser exigente conmigo, no indulgente. Es decir, trato de ser suficientemente bueno como para estar orgulloso, como para poder mirar a la persona que soy y que me satisfaga, no me avergüence. Por eso trato de ser sincero y de no adornar la verdad aunque juegue en mi contra, o por eso trato de reconocer cuándo me he equivocado y pedir perdón. Y os adelanto que no siempre lo consigo, ya que esto es mi ideal de comportamiento y no la santidad divina que fluye por mis venas privilegiadas.

Amarse a uno mismo significa decirse la verdad y decir la verdad a los demás, sin temer las consecuencias. No sin pensar en ellas, ni siendo un capullo grosero, pero sí teniendo presente que la mentira es incontrolable, que no necesariamente arregla nada, y además es mentira.



Me gustaría seguir escribiendo, pero me comunican que se me ha acabado el tiempo. Hasta aquí nuestro programa de hoy. Volveremos otro día, con más pero no mejor, porque no me atrevo a asegurarlo.


TOO LONG, DIDN'T READ: "Actúa siempre de modo que tomes a la Humanidad, tanto en otros como en ti mismo, como fin y no como mero medio" -- Inmanuel Kant



domingo, 17 de enero de 2016

Inglaterra de luto (RIP Bowie & Rickman)

Como todos sabrán, esta semana fallecieron David Bowie y Alan Rickman a la misma edad de 69 años, de sendos cánceres, por supuesto. Dos iconos londinenses de la música y el cine y el cine y el teatro respectivamente, cuyas muertes (sumadas a las de Lemmy, de la que acabo de hablar) dejan a uno preocupado por la salud de Michael Caine, Ian McKellen, Judy Dench o Richard Attenborough, entre otros.

Nunca fui fan de David Bowie, por desconocimiento más que por otra cosa. Mi recuerdo más vívido de él es el de la película Labyrinth, donde lo cierto es que emana un magnetismo surrealista que supongo que es lo que todo el mundo admira de él, con razón.

De Alan Rickman, sin embargo, siempre he sido admirador desde que lo vi en Robin Hood (la de Costner), donde se hace dueño y señor de la pantalla, dando un soberano repaso al protagonista y superando también con creces a un Morgan Freeman cuyo papel no da más de sí. También es estelar como profesor Snape en las películas de Harry Potter, como es estelar su interpretación de Hans Gruber en La Jungla de Cristal. Un malo memorable cada vez que lo he visto, y un personaje entrañable en Love Actually; real, tridimensional, inolvidable.

Desde luego, habrá que repasar bien su filmografía, del mismo modo que la discografía de Bowie, como magro pero imprescindible homenaje a dos gigantes que anduvieron entre nosotros. Descasen en paz.

martes, 12 de enero de 2016

RIP Lemmy

Llevo dos semanas pensando en algo digno que escribir por la muerte de Lemmy, pero nada se acerca a describirlo mejor que sus incontables citas y entrevistas. Así que me remito a la letra de On Parole (1979), que es tan buena como cualquier otra para rendir homenaje a este inefable personaje del siglo XX:

They locked me up, put me away,
Said "You're gonna get out in forever and a day"
I didn't know what was going on,
All I was doing was looking for fun,
Forgot the reason, that's what I'm told,
But you've gotta get it in before you get old


 (Foto: Mark Marek)
O también:

"Death is an inevitability, isn’t it? You become more aware of that when you get to my age. I don’t worry about it. I’m ready for it. When I go, I want to go doing what I do best. If I died tomorrow, I couldn’t complain. It’s been good."

Rock in peace, Lemmy.

jueves, 7 de enero de 2016

(Feliz Año) Nuevo

En Vigo llueve desde el día 3 de enero de este nuevo año en el que ya no veremos a Lemmy en concierto, ni a Les Luthiers con el bueno de Daniel. Esta mañana me acerqué al colegio García Barbón, donde cursé desde el último curso de infantil al primero de secundaria, y llovía.  De las profesoras que me dieron clase sólo siguen Marta, la de infantil; Filo, la de inglés; y Fran, la de música. Con la suerte de que la chica de conserjería me llevó hasta la primera, que se acordaba de mí. ¡Dieciséis años hace que dejé el colegio, y veintidós que ella fue mi profesora!

Yo llevaba libros para regalar a la biblioteca del centro, que tantas buenas horas me brindó en los noventa. La sala era nueva, donde antes estaba el laboratorio, y es mucho mejor. Hay un comedor nuevo, que usa parte de lo que era la casa del difunto conserje. Su hijo estaba en el curso anterior al mío, me acuerdo.

Filomena y Francisca estaban más delgadas y no me reconocieron. Es por la barba. Fran tiene un aula de música nueva, Filo y Marta dan asignaturas diferentes. Un chaval que iba a clase con mi hermana trabaja de auxiliar en el cole que también fue suyo.

Mis tutoras de primero, segundo (y tercero), cuarto (y quinto) y sexto se jubilaron hace un tiempo. Los árboles que plantamos son ahora dignos del nombre, y hay un huerto nuevo. Un niño de clase de Fran me preguntó mi edad, otro que si soy rico.

Más tarde, en la panadería, sí que me reconocerá Lupe, que lleva toda la vida allí, y la dueña, Hilda. Me dirán que estoy muy cambiado, es por la barba. Ellas, sin embargo, están igual que siempre. Se lo digo y sonríen.

Marta no se acordaba de todos mis amigos, que no son nuevos sino de siempre: Javi, Pedro, Fernando, y más tarde Pablo y Diego, que en el cole eran de B. Es difícil acordarse, con tantos niños. Mi clase de infantil, sin embargo, no había cambiado. Me emocioné, verdaderamente. No había cambiado nada.