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domingo, 7 de agosto de 2016

Mamsbri

El jueves llegué a Malmesbury pasada medianoche. Adrián el vikingo me recogió en el aeropuerto de Bristol y me trajo en su coche, y por ese inmenso favor se ganó un paquete de jamón y una botella de Rioja, que es de recibo ser agradecido. El vuelo fue muy bien, pese a unas turbulencias bastante violentas cuando debíamos estar sobre Bretaña o así; le cedí mi asiento de ventanilla a una niña llamada Carlota, cuyo padre, inglés asentado en León, me dio mucha conversación durante el viaje. En el aeropuerto nos despedimos afectuosamente y me deseó mucha suerte en esta empresa.

Ben Burston nos esperaba en la puerta de Abbey Row 27, la inmensa vivienda centenaria en la que viven cuatro trabajadores de Dyson: el mismo Ben, que es technical writer y escribe manuales para que la gente de atención al cliente pueda atender al cliente; Gareth, doctor ingeniero de espesa barba roja; Farrai, un chico negro del que no sé mucho por ahora; y Alex, un becario de 20 años que aparenta muchos más por su madurez. El otro habitante de la casa es el gato Arkham, que es un poco cabrón pero cariñoso.

PURRR
Ben, que pasaría fuera el fin de semana, me enseñó la casa brevemente, incluyendo el armario bajo la escalera que será mi cama improvisada durante una temporada de al menos una semana. Después, he de ver si busco algún otro lugar, o uso un sofá cama de los varios que hay por el caserón, o qué. La verdad es que el cuarto de Harry Potter da pena verlo, pero sólo lo uso para guardar mis maletas y dormir. Porque hacer cualquier cosa más es imposible:

espero que cualquier día me llegue una carta de Hogwarts
El viernes me levanté cuando ya todos se habían marchado al trabajo. Desayuné lo que pude  antes de salir al banco, a comprar adaptadores de enchufe y algo de comida. En el banco me dieron cita para el próximo viernes, por razones que no alcanzo a comprender, para abrirme una cuenta inglesa. Con los asuntos acuciantes resueltos, me volví a casa, donde comí después de pasar un rato pendiente de emails y temas similares. Por la tarde, fregué solidariamente unos cacharros del día anterior y pasé la primera aspiradora Dyson que llegaba a mis manos, que me costó un poco comprender porque tiene múltiples modos de operación. Sin embargo, una vez entendido el funcionamiento, la verdad es que funciona guay.

Más adelante, me di un paseo por Malmesbury, por zonas que no había visitado la ocasión anterior (cuando fuimos Iris y yo para mi entrevista). El día, por cierto, estaba estupendo, y me sobró el jersey que me había llevado por estar la casa un tanto húmeda. Este pueblo es precioso, tiene muchísimo patrimonio tanto arquitectónico como natural en forma de múltiples jardines. Me di un paseo por un tal Conegry Mead lleno de ortigas que resultó bastante agradable, aunque no vi ni un solo animal divertido.

la abadía de Malmesbury vista desde atrás

un jardinzuelo que queda detrás de nuestra casa
Fue después de este paseo que me encontré a Gareth y a Alex en casa. Resulta que Gareth trabaja en el equipo de igual nombre que el mío (Separation Systems, Sistemas de separación), pero mientras que yo trabajaré para el departamento de Desarrollo, él lo hace en el de Innovación. En cuanto a Alex, es un chico de origen canadiense y peruano, que ha vivido en mil sitios, y que es muy majete. Me prestó un cinturón, que los míos se me han olvidado, cuando nos fuimos al pub a tomar unas ales.

En el pub conocí a aún más ingenieros de Dyson, entre otros otro becario llamado Magnus que me recuerda a mi amigo Abel, y con el que he quedado en ver las Perseidas en unos días.  Era ya noche cerrada cuando Gareth y yo volvíamos a casa a la loca hora de las 11. Después de ver un cacho de "The Thing" (la peli de John Carpenter) con Alex y Magnus, que habían vuelto antes, me fui al sobre en mi curruncho.

Al día siguiente, el sábado, me recogió Fon, el primo de Iris, para llevarme a Gales a la playa. Fuimos charlando alegremente todo el camino: del trabajo, del alojamiento, de Iris, de su novia Marta que ha conseguido cambiar de trabajo... A la hora y media llegábamos a Barry Island, que está a media hora de Cardiff, y de nuevo tuvimos un día sorprendente para lo que es este país:

el agua estaba en Inglaterra
El día transcurrió tranquilamente. Nos hicieron compañía tres amigos de Fon; una chica que vive en Cardiff y una pareja que vive en Swindon, todos ellos españoles (de Burgos, Montilla y Ronda). El chico de esta pareja es ingeniero en Dyson, también. Me bañé, añadí la décima playa al verano, vimos numerosas musulmanas de diferentes tonalidades bañarse vestidas (chicas musulmanas: no os dejéis engañar! Hay que sentir el agua del mar en la piel), me dio bien el sol y a última hora vino un bloque monolítico de nubes que echó a todo el mundo de la playa. Eran las siete cuando cogimos la carretera de vuelta, de nuevo amenizada por la conversación. A eso de las nueve entraba en casa a tiempo de unirme al visionado de Whiplash con Gareth, Alex y Magnus.

En el sentido de las agujas del reloj: yo mismo, Edith, Fon, Javi, Marta
Hoy me he levantado tardísimo, pero he dormido en el sofá cama de la llenísima biblioteca de Ben. Y lo más reseñable del día son las tortillas de patata (con cebolla una y con chorizo otra) que preparé para Gareth y Alex, y que nos hemos comido a la loca hora de las 7 de la tarde. Mañana es ya mi primer día en Dyson... ¿Qué me esperará?

3 comentarios:

  1. Que alguien que a otro alguien le recuerda a mí se llame Magnus no es algo que me moleste, ciertamente. Siempre me pareció el segundo nombre que me falta.

    No entiendo lo del agua que está en Inglaterra.

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    1. Mi abuela Mimí, cuando la marea está baja, dice siempre "¡Yo no me baño, que el agua está en Inglaterra!"

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  2. En el primer capítulo nos muestras tu cama. Que veremos en el segundo? Quizá la escoba,la barita,o al mismisimo Voldemort?
    Suerte en tu primer día,luego ya va todo rodado. Bss

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