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miércoles, 3 de julio de 2013

Reseña: Tom Strong


Tom Strong es un tebeo creado por Alan Moore y Chris Sprouse. Hace un mes que me leí el primer número, ya que lo tenían en la biblioteca de Conde Duque, y como deberíais saber, todo lo que hace Alan Moore es de obligada lectura.

Tom Strong es un superhéroe nacido el uno de enero de 1900. No posee poderes como tales, pero sí tiene capacidades al límite de lo humano, debido a la infancia peculiar que le brindó su padre, un científico avanzado a su tiempo. Tom es extraordinariamente fuerte y ágil, así como longevo e inteligente. A pesar de que el cómic recurre a lo sobrenatural en ocasiones, las capacidades de Tom se explican siempre de manera científica; y no vuela, sino que tiene una mochila helicóptero guay.

El tebeo está ambientado cuando Tom tiene 99 años, pero aparenta unos cuarenta y pico, y afonta una trama que se desenvuelve lentamente con pequeñas subtramas adicionales. La mayor parte de enemigos a que se enfrenta son viejos conocidos, y abundan las secuencias retrospectivas, dibujadas por otros artistas, que narran los primeros lances con tales enemigos. Este recurso consigue una doble función: exponer el pasado del personaje de manera no lineal y permitir un estilo de narrativa mucho más ligero, ingenuo y vintage.

Porque donde Watchmen es una visión distópica (o completamente realista, según se mire) del mundo de los superhéroes, e incide en sus lados más oscuros, Tom Strong busca homenajear a los tebeos de la edad de oro, en los que el bueno siempre es indudablemente bueno y defensor de la tarta de manzana y el estilo de vida americano. En este caso, Tom siempre busca hacer lo correcto, y es un paladín de una talla que ya le gustaría a Superman. Es decir, como es vulnerable y falible, es mucho más heroico. 

un clásico, el héroe atrapado en una habitación que se inunda
Tom se ve acompañado en sus aventuras por su familia y amigos: su mujer, Dhalua, una princesa de la isla índica en que nació, su hija, Tesla, el robot Pneuman, construido por su padre y mejorado por él, y King Solomon, un gorila con el intelecto aumentado por Tom y con la lengua muy larga. Estos personajes también reflejan los típicos secundarios de la edad de oro, cuando para ganar cuota de mercado los héroes (de edad adulta joven) iban acompañados por adolescentes (Robin, Bucky), compañeras sentimentales (Super Girl, Mary Marvel) o súper mascotas (Krypto).

En fin, de nuevo Alan Moore entrega un trabajo impecable, nacido de un conocimiento y amor profundo de las obras que está satirizando. Es fresco y desenfadado, pero también sabe transmitir valores. La labor gráfica de Sprouse y de los artistas invitados es impecable. El trazo ágil y limpio de Sprouse casa muy bien con el estilo general de la obra; el físico que le concede a Tom Strong resulta evidentemente sobrehumano, pero no hipertrofiado ni manido. Los otros dibujantes, en general, adoptan un estilo clásico (propio de The Spirit, por ejemplo) que ayuda a transmitir la sensación de recuerdo que buscan sus viñetas.

En resumen, como ya me olía antes de leerlo, es un tebeo imprescindible para todo amante de los superhéroes.

'Nuff said!

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